La parte del antiguo palacio de los Condes de Peñaranda de Bracamonte ya está rodeada de andamios, listos para llevar a cabo unas obras que no tendrán como fin el proyecto que las propietarias querían llevar a cabo, ya que la idea inicial ha perdido la viabilidad necesaria para ejecutar la gran inversión que se requería.
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De momento los trabajos se centrarán en el arreglo de la cubierta para evitar mayor deterioro del edificio y la eliminación de todos los elementos de la fachada y del resto del edificio que pudieran desprenderse y causar daño a los viandantes.
«Vamos a arreglar la cubierta para que no vaya a más el deterioro y más adelante nos plantearemos seguir, pero de momento el proyecto que habíamos planteado inicialmente no es viable», explica la propietaria María Hernández.
«Vamos a dejar la cubierta bien y asegurar la fachada», resume. «Las exigencias de Patrimonio encarecen muchísimo la obra y la hacen inviable», anota.
En un principio tenían pensado dar vida al edificio con locales comerciales y apartamentos de uso turístico.
Las propietarias se muestran estañadas porque en la ciudad hay muchos edificios en malas condiciones. «Los técnicos se dieron un paseo por el pueblo y nos preguntaron cómo nos están insistiendo tanto si hay tantísimos edificios que están en peor estado que el nuestro, pero el nuestro está en la plaza, no somos tantísimos herederos como en el resto y somos personas fácilmente localizables, aunque es cierto que hay muchos que se están cayendo a la mitad», relatan.
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