La especie autóctona que crece en el oeste de Salamanca.

El pueblo de Salamanca en el que un temido dragón dejó un legado de vida milenario

Este ser durante un tiempo aterrorizó a la población comiéndose todos lo que veía

La Gaceta

Domingo, 19 de enero 2025, 09:33

La popular serie de Juego de Tronos volvió a poner a los dragones en el mapa, pero en una zona tan llena de leyendas como Las Arribes siempre han estado de moda. Este tipo de seres mitológicos durante siglos han sembrado el pánico en la población comiéndose el ganado, arrasando cosechas y matando sin compasión.

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No obstante, su legado también puede ser positivo como es el caso de Guadramiro, donde el resultado del paso de un ser tan destructivo acabó tornándose en una fuente de vida de la naturaleza. No son tan malos los dragones.

En los tiempos inmemoriales de Las Arribes había un dragón que tenía a esta preciosa zona de Salamanca aterrorizada. Se comía todos los animales de la zona, pero con el tiempo el oeste salmantino dejó de ser su despensa ya que cada vez había menos bestias que llevarse a la boca. Sus salidas fuera de su cueva cada vez eran más largos. Tenía que volar kilómetros para almorzar y su cansancio empezó a aflorar.

El dragón fue perdiendo esa vitalidad y energía que le hacían ser tremendamente temido y poco a poco se fue apagando. Llegó un día que una gran tormenta sorprendió al temido ser tumbado sin fuerzas para moverse. El aguacero apagó su fuego interior y murió.

Ese gran ser dejó su huella en las inmediaciones de la localidad salmantina de Guadramiro. Sus restos esparcidos han dado lugar a una hierba perenne que cuando llueve crece como especie autóctona que sólo se encuentra en las cercanías del río Duero en la frontera entre Zamora y Salamanca. El nombre de esta especie no podía ser otro que el 'dragón de las arribes'.

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