El pueblo de Salamanca que se tuvo que regir por leyes de Cataluña

Hay una localidad salmantina que durante un tiempo se rigió por leyes ajenas a las tradicionales de estos reinos. El rey Fernando Il decidió crear en Barruecopardo un señorío y se lo dio como regalo de bodas a su mayordomo Armengol VIl, conde de Urgel, en el año 1157.

Cuando el señor concedió fuero a su señorío se fijó en el que regía para la cercana Ledesma, pero también incluyó costumbres feudales de su Cataluña natal. Pocos años después Barruecopardo engrosó los dominios de la Orden de Santiago, encabezando una de sus vicarías, dependiente de San Marcos de León, hasta el siglo XIX.

La Orden Militar de Santiago era una institución religiosa con el objetivo principal de expulsar a los musulmanes y ampliar la Fe de Cristo mediante la lucha con los enemigos de la cruz.

Los primeros representantes de la Orden de Santiago legaron a Barruecopardo con Armengol y acabarían convirtiéndose en dueños y señores del lugar para obtener bienes y dinero para financiar la milicia, según explica el Ayuntamiento de esta localidad salmantina.

Como primer paso para señorear Barruecopardo, la Orden se hace con un tercio de os ingresos de la Iglesia de Barruecopardo. El Concejo (ayuntamiento) recibió en compensación un caballo y una cama empeñada. El 30 de Abril de 1195 el rey Alfonso IX de León concede la posesión de Barruecopardo a la Orden Militar de Santiago por los servicios recibidos ante los peligros de ataques de los musulmanes.

Hace dos siglos que la Orden empezó a perder todas sus heredades, y desapareció definitivamente el 29 de Abril de 1931.

Este largo dominio de la Orden de Santiago en Barruecopardo ha dejado numerosas huellas figurando la cruz espada en numerosos blasones, especialmente en la iglesia parroquial, con las correspondientes veneras y en la tradicional bandera local.

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