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Miércoles, 3 de abril 2024, 19:20
La situación de Frades de la Sierra, en la que acaba de nacer un niño después de 19 años, no es exclusiva de la localidad, ni mucho menos. Hay otras que han superado ya las dos décadas sin nacimiento y, mucho menos, que se queden en el pueblo porque hay ocasiones en que se empadronan en municipios pequeños por diferentes cuestiones, pero viven en cabeceras de comarca, pueblos más grandes o Salamanca capital.
A falta de los datos completos del año 2023, las cifras que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de manifiesto que los nacimientos en los pueblos de la provincia es un bien cada vez más escaso. Los datos de 2022 señalan que sólo se registraron nacimientos en 137 de los 362 municipios de la provincia de Salamanca. Es decir, en el 37,84%. Los datos fueron mejores el año anterior cuando hubo niños en 160 localidades (un 44,20%). Es una tendencia que se repite y hay pueblos en los que se cuentan por décadas esa situación.
Ricardo Ramírez es alcalde de Molinillo desde el año 2015 y en el tiempo que lleva de regidor no ha contado con ningún nacimiento. «El último que nació aquí fue, creo recordar, en el 2014, el año anterior a entrar yo de alcalde», señala. Era una familia de procedencia extranjera que vivió en el pueblo en aquella época pero ya no reside allí.
En la misma línea habla Feli Oliva, regidora de El Tornadizo, que es también alcaldesa desde el año 2015 y su pueblo no ha contado con nacimientos en ese periodo.
Cerca de una década ha pasado también desde el último nacimiento en La Hoya, el de mayor altitud de la provincia. Allí, señala Ana Isabel Sánchez, que gestiona el bar, el último niño en nacer que viviera en el municipio lo hizo en 2015 y la familia permaneció allí hasta hace unos tres años cuando se trasladó a otra residencia. Hubo otro en 2008, que también vive en el pueblo y dos años antes, en 2006, nacía también su hijo. Otro caso es el de Aldeacipreste, donde el niño más pequeño ya acude al instituto en Béjar, como señala su alcaldesa, Tomasa Gil, de modo que se supera con creces la década desde que no nace ningún pequeño.
Los ayuntamientos apuestan por las ayudas a la natalidad, pero, en líneas generales, no consiguen revertir la situación y, a lo sumo, la frenan. Siempre hay excepciones y pueblos como San Esteban de la Sierra entregaba el año pasado hasta cinco cheques bebé por pequeños nacidos a lo largo del año 2023 y empadronados en el pueblo.
No obstante, están surgiendo otras modalidades de ayudas que apuestan más por el mantenimiento de servicios como la guardería o el propio colegio que por la natalidad. Es el caso de Cespedosa de Tormes, donde las ayudas se otorgan a los niños matriculados en el municipio, sean o no de allí.
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