Procesión nocturna al abrigo de bailes serranos

La Virgen de la Cuesta hizo esta noche su primer periplo en el marco de las fiestas patronales de Miranda del Castañar. Con las últimas horas de luz, al filo de la noche, los vecinos celebraron las vísperas con una solemne procesión desde la ermita, bañada ya por una luz demasiado tenue, una estampa bucólica en la que infinidad de candiles de aceite fueron la única luz guía en todo el recorrido hasta llegar a los pies de la iglesia.

Miranda del Castañar acompañó a la Virgen de la Cuesta en este emotivo trayecto mostrando absoluta devoción y regocijo. El ambiente, cálido y al mismo tiempo sobrecogedor, dejó una estampa única en el entorno, bañado de luces titilantes.

El acontecimiento finalizó con un apetecible convite de dulces y sangría para todos los asistentes, perfecto para poner sabor a una noche mágica en la que la imagen serena de la Virgen lució más bella que nunca con la luz de los candiles, que jalonaban las calles marcando un itinerario de un encanto etéreo.

La noche continuó su curso con otro cariz totalmente distinto a partir de la medianoche, de la mano de una verbena popular a cargo de la orquesta Vía Libre, que dilató las horas de la madrugada hasta el alba.

La tradición se cuida al mínimo detalle estos días de celebración y exaltación y se funde con el ocio moderno en un binomio perfecto con alta expectación y gran participación de vecinos e hijos del pueblo de todas las edades. Las peñas conviven con la armonía de las calles serranas y las estampas naturales de Miranda del Castañar que se ven potenciadas por escenarios idílicos como el que dejaron las tímidas luces durante una inusitada procesión en la que queda más que demostrada que la sencillez en una localidad como Miranda del Castañar puede pulir un diamante en bruto.

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