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El Manzano
Jueves, 11 de abril 2024, 10:52
Cumplir con la palabra que se da a un ser querido, especialmente en su lecho de muerte, es una misión moralmente inquebrantable. Cuando hay tiempo para atar los cabos sueltos, surgen impulsos de bondad, pureza y agradecimiento como los que invadieron a la joven Irene Calvo, con raíces en El Manzano, una humilde localidad de la comarca de Vitigudino.
El sarcoma, un tipo de cáncer que se origina en los huesos y tejidos blandos, debilitó su cuerpo, pero no su mente, y la joven encomendó a su querida abuela, María Mayoral, que emprendiera acciones solidarias con las que poder recaudar dinero para la asociación Aladina, que la arropó tanto a ella como a los familiares durante su estancia en Madrid, donde estuvo hospitalizada. Irene fue, y sigue siendo, ejemplo de que la gratitud es la que recupera el equilibrio en el caos.
Pocas abuelas se enfrentan a tan dolorosa y al mismo tiempo emotiva situación. María, con sus más de ochenta años, se puso manos a la obra y acudió al Ayuntamiento. «Pusimos en marcha un mercadillo, además de un bingo. En el mercadillo hubo manualidades elaboradas por familiares y vecinos que se quisieron involucrar», explica la alcaldesa de El Manzano, María del Carmen Ruano. «También la asociación nos proporcionó productos de los suyos y la gente del pueblo colaboró con otros artículos en este mercadillo».
María Mayoral lleva en su corazón el recuerdo de su nieta, pero también la tranquilidad de una promesa cumplida en la que todo el pueblo puso su granito de arena. De hecho, el eco de Irene permanece entre los habitantes, y es que estas acciones consiguieron recaudar 3.000 euros para la Fundación Aladina.
Precisamente es esta iniciativa la que ha llevado al pequeño municipio de El Manzano a estar entre los nominados a los Premios Solidaridad que concede hoy Cruz Roja, en este caso en la categoría de Ámbito Rural y Zonas Despobladas. Y es que sin perseguir nada más ambicioso que reconfortar a una familia que crió a una joven a la que el sarcoma le dio el coraje para seguirlo combatiendo incluso desde su eterno descanso, este pueblo se ha colado entre los candidatos de Cruz Roja, cuyos ganadores se develarán en la gala que se celebrará en el CAEM.
Independientemente de lo que suceda, «el premio ya lo tenemos», recalca la alcaldesa en nombre de todo un pueblo que ha demostrado que se pueden hacer grandes cosas a pesar de no ser muchos y aunque se tenga un Ayuntamiento con escasos recursos.
«La gente de los pueblos hace grandes cosas colectivas, buenas acciones, pero a menudo pasan desapercibidas, no se ven, no se habla de ello ni sale en ninguna parte», recuerda. Esta vez la dinámica es otra, y el nombre de la localidad resonará en una gala en la que vecinos, Ayuntamiento y familiares estarán presentes, recordando, como no podría ser de otra manera, a Irene Calvo.
Sin embargo, la lucha no termina aquí. El Manzano se siente con fuerzas y aplomo para continuar con acciones solidarias, la próxima, este mismo verano. Aunque los detalles de qué se hará y cuándo están por determinar, la beneficiaria seguirá siendo la Fundación Aladina, cuya misión principal es acompañar y hacer felices a los menores enfermos de cáncer durante toda la enfermedad.
El reconocimiento de Cruz Roja pone de manifiesto que un pueblo unido puede alcanzar increíbles objetivos, especialmente si el motor es el amor con mayúsculas. La cadena de agradecimientos iniciada por Irene sigue su curso y corre por las venas de los vecinos y, ahora, por las de esta fundación.
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