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Fábrica de Cándido Hernández más conocida como Guapitos con acceso desde la carretera de Medina.
La Peñaranda que calzó a España

La Peñaranda que calzó a España

En la década de los 50, sólo una de las dos fábricas de zapatillas más grandes hacía cinco millones de pares al año, posteriormente obreros de ambas industrias fundaron cooperativas que aguantaron hasta la llegada del producto chino

Jorge Holguera Illera

Peñaranda de Bracamonte

Domingo, 30 de marzo 2025, 12:03

La ciudad de Peñaranda añora un pasado de pujanza industrial en el que destacó la industria del calzado.

En 1928 se fundó Tejisa, la fábrica de Teodoro Jiménez con un capital de 900.000 pesetas. Las instalaciones quedaron destruidas y gran parte de las personas que trabajan fallecieron como consecuencia de la explosión del polvorín. En 1942 se trasladó a Salamanca. A pesar de este percance que obligó a la ciudad a resucitar, la industria del calzado fue floreciendo con los años hasta llegar a la década de los 80. «Lo que los llevó a la ruina fue cuando España abrió las exportaciones e importaciones, los chinos vendían a los grandes almacenes más barato de lo que les costaba fabricar en Peñaranda», explica Antonio Pérez Sánchez 'Charlo', pregonero de las últimas Ferias y Fiestas de Peñaranda, amantes de su historia e investigador incansable.

«Las fábricas que dieron vida a Peñaranda fueron la de Cándido Hernández y la de Jesús Ruipérez» «Más o menos Candido Hernández llegó a tener entre 700 y 800 obreros, la de Jesús Ruipérez, mucho menos, pero daba mucho trabajo porque tenían máquinas en las casas en la comarca para coser el corte del calzado», estima.

Por poner un ejemplo, la fábrica de Cándido Hernández conocida popularmente como Guapitos estaba ubicada en dos secciones, una de las cuales orientada a la regeneración de gomas. «En sus inicios los productos que fabricaban eran zapatillas de goma y la parte superior de lona, se presentaban empaquetadas por docenas», recuerda. La primera fábrica estuvo en la calle Nuestra Señora, en los 50 sufrió un incendio y posteriormente se instalaron provisionalmente en los terrenos del instituto laboral, más tarde se trasladaron al gran edificio construido entre la carretera de Medina y la de Salamanca. En 1955 iniciaron la fabricación de calzado vulcanizado , serraje, piel y lona que en aquellos años abarcaba el 90%de la producción de la industria, según los datos facilitados por Antonio Pérez.

Los números eran destacados, fabricaban 14.000 pares diarios (alrededor de 5 millones de pares al año) y en esa época tenían 400 puestos de trabajo en Peñaranda y en los pueblos limítrofes. Mantenían relaciones comerciales con países como Francia, Inglaterra, Austria, Puerto Rico, Canadá o Alemanía.

Obreros de Cándido Hernández crearon la cooperativa Calzasport y empleados de Jesús Ruipérez crearon Uncesa.

Al principio el calzado que se hacía era más sencillo, tipo alpargatas pero posteriormente se tiró de diseñadores de Alicante para hacer modelajes de un calzado más de vestir.

Además en Peñaranda había otras industrias y negocios auxiliares, un ejemplo eran las empresas que se dedicaban a fabricar los moldes para el calzado. Había dos, la de los Hermanos Cuadrado y la de Buitrago, finalmente los empleados de esta última se trasladaron a Asturias.

El reflejo del pasado industrial floreciente era una economía boyante en Peñaranda. «Entonces manaba el dinero, porque en cada casa había como mínimo dos o tres personas trabajando, era la época de las discotecas y más de 100 establecimientos hosteleros», indica Antonio Pérez.

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