La Laguna de los Lavajares es uno de los lavajos naturales, lagunas o charcas de la provincia más grandes. Se encuentra en la provincia de Salamanca, término municipal de Rágama, pero muy cerca de localidades abulenses como Horcajo de las Torres o Madrigal ... de las Altas Torres.
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«Tiene el problema de que cuando llueve mucho coge agua pero a los ocho o diez días se seca por completo, porque el terreno es muy seco y absorbe todo el agua», explica el ornitólogo amante de la naturaleza y de las aves, Miguel Rodríguez. Esta semana de gloria es el mejor momento para visitar este paraje natural cuyo acceso está señalizado desde Rágama y que incluso cuenta con un mirador.
A pesar de la temporalidad de estas charcas las aves vuelven siempre que hay agua. «No sabemos cómo lo hacen pero si se llena la laguna el martes, las aves están allí el miércoles», detalla Miguel Rodríguez.
Antes el agua duraba más en estas lagunas esteparias. «Es una pena que no dure más, antes el acuífero no estaba explotado como ahora, tenía agua y proveía al acuífero y tenía agua a lo mejor desde octubre hasta bien entrado mayo», calcula este conocedor de las aves que campan por la provincia.
En la zona de Rágama se pueden ver «aves acuáticas y esteparias», gracias a las extensiones de cereales que se siembran en estos parajes.
Entre las acuáticas, Miguel Rodríguez destaca «el tarro blanco, que no es muy habitual en la provincia pero que se puede ver cuando coge agua esta laguna», otros patos y ánades de diferentes especies. «Están todos prácticamente desde la cerceta, la cuchara, el ánade rabudo y el ánade silvón son especies de ánades que se ven cuando los Lavajares tienen agua». En este paraje también se pueden ver en primavera «aves limícolas».
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«En el pasado, Lavajares era muy interesante para observar gansos, aunque desde hace años no llegan en cantidades porque hace menos frío», explica Miguel Rodríguez. En estas fechas se pueden ver grullas, aunque en las inmediaciones para alimentarse en las parcelas de cereales o a su paso volando hacia el azud de Riolobos, que es donde pernoctan.
No obstante, si por algo destaca la zona de Rágama es por la presencia de aves esteparias o agrícolas. En este término es de los pocos lugares en que aun se puede ver algún Sisón, «aunque es muy raro verlos», avutardas, e incluso el búho campestre.
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«El búho campestre procede de las Tundras de Escandinavia o de Rusia y cuando hay presencia abundante de roedores o plagas vienen y hacen una labor muy buena para la agricultura», comenta Miguel Rodríguez. Se trata de un fenómeno similar al de la presencia de otras aves que llegan cuando detectan agua en Lavajares.
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