Cantalpino, Tarazona de Guareña y Cantalapiedra custodian algunos de los pocos ejemplares de ganga ibérica que sobreviven en la provincia de Salamanca.
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Esta ave es una de las joyas ornitológicas que habitan en el noreste de la provincia de Salamanca. El paisaje pseudoestepario cerealista que comparten las comarcas de La Moraña En Ávila, las Campiñas o Tierra del Vino en Valladolid, La Guareña en Zamora y Tierra de Peñaranda en Salamanca es ideal para su supervivencia. «Se desconoce el número de ejemplares que quedan, quizá no haya visto medio centenar en todo el año», anota el biólogo y ornitólogo Miguel Rodríguez Esteban.
«Es complicado dar una cifra exacta, quizá queden menos de 200 ejemplares o 100 parejas en toda la región», estima al azar este amante de la naturaleza. Precisamente este desconocimiento va en contra del mantenimiento de la especie que está «en peligro de extinción».
«Tiene una productividad bajísima, suele poner entre 2 y 4 huevos», asevera. Pero «cuando se estudia se comprueba que no hay casi jóvenes, o no se crían o no salen adelante», explica. «Su repoblación es inferior a un joven por cada 10 adultos, es una tasa muy baja e incompatible con que no se extingan», insiste.
Si no hay un cambio esta vistosa pero disimulada ave esteparia parece tener los días contados.
Los enemigos de la ganga ibérica «se resumen en dos palabras:intensificación agrícola». Bajo el punto de vista de Miguel Rodríguez la ganga ortega es víctima de la eliminación de barbechos, que son refugios para la especie en la época de cría y el uso de fitosanitarios, que reduce la tasa de natalidad y la reproducción», indica.
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Este ornitólogo entiende que «no se puede volver a cosechar con una hoz, como antiguamente», pero si considera que es necesario «primero saber cuántas hay, dónde están y trazar una línea de actuaciones», aconseja.
Por otro lado aconseja a los agricultores no realizar labores en los barbechos al menos entre abril y julio con el fin de evitar destruir los nidos de estas y otras aves que eligen estos terrenos para criar.
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«La ganga ibérica está al borde de la extinción en Salamanca y en Castilla y León», indica Miguel Rodríguez, a la vez que sitúa su presencia en la provincia en el triángulo formado por los términos municipales de Cantalpino, Tarazona de Guareña, Cantalapiedra y Villaflores.
Recomienda tres sitios para poder verlas. «Hay gangas ibéricas en las fincas de Cotorrillo y Revilla de Cantalpino, en los alrededores del casco urbano de Tarazona de Guareña y en la zona del arroyo Cañipón de Cantalapiedra», indica.
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Las gangas en las comarcas de Vitigudino, Alba de Tormes, Ledesma y Peñaranda de Bracamonte eran conocidas popularmente como cortezas. El ornitólogo Miguel Rodríguez Esteban explica que hay dos clases de gangas, una es la ganga ibérica y la otra la ganga ortega, la primera tiene la barriga blanca y la segunda la barriga negra. La ganga ibérica escasea más porque «requiere un tipo de hábitat más árido, más seco y más pedregoso, la otra soporta todo tipo de ambientes», detalla.
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