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Béjar
Martes, 4 de junio 2024, 17:27
La Escuela de Ingeniería de Béjar se enfrenta a un reto lanzado desde el departamento de Economía de la Universidad de Salamanca que consiste en la construcción de mobiliario para las aulas universitarias. Será gracias al proyecto puesto en marcha por el técnico Armando González con el que la Escuela universitaria de Béjar está realizando merchandising para la Universidad a partir del reciclaje de tapones de plástico procedentes de botellas reciclado por los ciudadanos y, también, a partir de bobinas de hilo sin uso, donadas por una empresa textil de la ciudad.
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Tal y como avanzó LA GACETA a mediados del pasado mes de abril, el proyecto comenzó a principios de curso gracias a la financiación procedente del SAS para fabricar la maquinaria necesaria para dar una nueva vida al plástico. A mayores, el anterior rectorado y el nuevo equipo resultante de las elecciones han acogido el proyecto con interés para apoyarlo mediante la compra de una inyectora industrial que permita crear, a partir del plástico reciclado, piezas mediante moldes para grandes series.
Y es en ese aspecto en el que ese proyecto da un paso más hacia la creación de todo tipo de mobiliario para las aulas como pueden ser mesas y sillas gracias al desafío lanzado desde el vicerrectorado de Economía con el apoyo de la Oficina Verde. Ese reto ha sido dado a conocer esta mañana gracias a la visita de la vicerrectora de Cultura, Patrimonio, Sostenibilidad y Desarrollo de Campus, Matilde Olarte, a la Escuela de Ingenieros para conocer todos los pormenores del proyecto y conocer, además, el laboratorio en el que ya se están fabricando llaveros, bolígrafos y peonzas a partir del plástico donado, también, por el Ayuntamiento de Béjar tras la campaña de reciclado de tapones iniciada en la pasada legislatura. En la visita, ha estado acompañada por el director de la Escuela, Alejandro Reveriego, así como personal de la Oficina Verde como son Mar Marcos y Javier Carbonero.
Reveriego ha sido el encargado de dar a conocer los pormenores de un proyecto que asumirá el reto lanzado desde el vicerrectorado de Economía si bien será con la vista puesta en el largo plazo, es decir, aproximadamente un año, cuando la Escuela disponga de toda la maquinaria y el personal necesario. Con respecto a una posible ampliación del proyecto para la renovación paulatina del mobiliario en toda la Universidad de Salamanca, Alejandro Reveriego se ha mostrado prudente por ser un proyecto en inicio, pero sí ha reconocido que el mobiliario podría ir destinado a los edificios más modernos de los distintos campus universitarios.
Por su parte, Matilde Olarte ha mostrado su apoyo al proyecto Ecoingenia porque considera es una iniciativa que «surge de la escuela como oportunidad de investigación, de innovación y de docencia» y, también, «como un cambio sustancial en los modelos de gestión de la Universidad, generando además un conocimiento y una experiencia fundamental para transferir a la sociedad mediante un ejemplo real».
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De forma paralela, la Escuela de Ingeniería prepara ya las antiguas viviendas de los conserjes como nuevo espacio para las empresas y los emprendedores, con la vista puesta en el inicio del próximo curso académico para su puesta en funcionamiento gracias a una inversión de 500.000 euros procedentes de las arcas municipales.
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