Las nuevas generaciones toman la batuta en la matanza en Garcibuey

Una soleada mañana ha acompañado a todos aquellos que en este sábado se han dejado caer por Garcibuey para disfrutar de la matanza tradicional, incluida en el circuito provincial que organiza la Diputación de Salamanca.

Una jornada sabatina que arrancaba bien temprano, coincidiendo con las primeras luces de la mañana, a las 9:30 horas, con una degustación de perrunillas y aguardientes que han servido de antesala a uno de los momentos principales: El chamuscado y despiece del gorrino, un portentoso ejemplar de más de 170 kilos de peso, en que se han trabajado con esmero el grupo de matanceros y especialmente dos jóvenes aprendices, Mario y Pablo, que han demostrado que el relevo generacional de esta tradición está asegurado en el municipio.

Con el paso de las horas, y cerca del mediodía, la Plaza Mayor de Garcibuey se ha ido llenando de gente, para degustar una tapa de jamón ibérico y posteriormente unas sopas de ajo y las probaduras del animal, ambas elaboradas por Catering Gabriel y de las que se han repartido unas 150 raciones.

La jornada, en la que no han faltado la música charra y los bailes junto con el maestro de ceremonias que ha ido detallando todo el proceso, finalizaba con la subasta de las piezas del cerdo, «pero sobre todo por los jamones, que la gente se los lleva y los cura en sus casa y por eso intentamos que sea siempre un cerdo de campo, de mezcla de raza», como indicaba el alcalde Miguel Martín.

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