Nereida: prodigio desde niña

Con apenas ocho añosNereida Sanchón, la joven vecina de Doñinos que ha llegado a la final de «La Voz», comenzaba a pisar los escenarios para ponerse delante del público.

Hace apenas unos días acompañaba en el escenario del programa a una de sus artistas de referencia, como es Niña Pastori, algo casi inimaginable cuando se abría camino artístico participando en un musical escolar con apenas ocho años. Ya con once intervino por primera vez en un concierto para conmemorar el Día de la Mujer, en el teatro Lope de Vega de la localidad toledana de Ocaña.

A partir de ese momento su experiencia ha crecido con su paso por los castings de programas como 'La Voz' kids, o Got Talent y en numerosas galas benéficas y conciertos. Uno de los más destacados tuvo lugar en el Ateneo de Madrid, en un acto homenaje a Paco de Lucía.

En su localidad natal, Doñinos, el carisma de Nereida no sorprende, puesto que pertenece a una familia plenamente integrada y colaboradora con los distintos eventos que se organizan en el municipio en el que nacieron sus dos progenitores y en el que ha vivido siempre, primero en el casco urbano y ahora en una zona residencial.

Su fuerte vínculo con Doñinos se plasma incluso en los contenidos de sus redes sociales, donde mantiene disponibles pequeños fragmentos de sus últimas actuaciones, tanto en Doñinos como en Parada de Arriba, Berrocal de Huebra e incluso Carbajosa de la Sagrada el pasado verano.

Nereida, que estrenaba el año colgando en sus redes una espectacular versión de 'Havana' de Camila Cabello tocando ella misma la guitarra, y acompañada por un piano, ha avanzado hasta estar por méritos propios en uno de los escenarios con más prestigio del país, el del talent musical de 'La Voz', que celebrará su final el próximo día 15.

De su paso por los distintos escenarios en los que ha ido actuando a lo largo del tiempo, la joven vocalista reconocía hace años que siempre sube con un par de amuletos: una mano de Fátima que le regaló su tía y un rosario.

Para sus seguidores siempre tiene palabras de agradecimiento y de recuerdo. Entre las últimas las que dedicó a su tierra: «Gracias a mi ciudad, Salamanca, y a mi pueblo Doñinos de Salamanca, donde están haciendo cosas preciosas por ayudarme. Tampoco me imaginaba poder llegar incluso a otros países con esta experiencia, que está siendo muy bonita».

Su formación musical de canto, guitarra y cajón flamenco ha crecido en paralelo a sus estudios universitarios de Psicología, aunque no es raro verla junto a su familia compartiendo un café o una caña en los bares del municipio.

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