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Daniel Redondo, alcalde de Villar de Gallimazo observa la charca La Matilla. J.HOLGUERA
El municipio salmantino que quiere convertir sus lavajos en un atractivo turístico

El municipio salmantino que quiere convertir sus lavajos en un atractivo turístico

La mayor masa de agua en Villar de Gallimazo es su parte del Azud de Riolobos, pero también tienen otras charcas más o menos cercanas al casco urbano que se estudian como recursos turísticos y naturales

Jorge Holguera Illera

Villar de Gallimazo

Martes, 12 de diciembre 2023, 12:15

Las charcas o lavajos están hoy en día en el punto de mira de alcaldes como el de Villar de Gallimazo, Daniel Redondo Martín, que es consciente del gran valor natural, etnográfico y estratégico que tienen estos espacios.

Estas masas de agua, en ocasiones temporales, sirven de criadero y de hábitat para aves como los patos, que abundan en este término municipal. Cada una de estas lagunas tienen una historia y en su día tuvieron un uso. Un ejemplo que pone Daniel se refiere a algunas de las charcas que han desaparecido. Una de ellas se creó porque de aquel lugar se extraía el barro para hacer adobes para construir las casas. «A la charca de los Santos iba la gente a lavar», recuerda el alcalde.

«En Villar de Gallimazo no había pilón, había charca», dice el regidor. Entre sus planes se encuentra la recuperación del entorno del Pozo Airón, donde además de haber una charca también existe un manantial.

En la carretera de Villar de Gallimazo al Azud de Riolobos existe una pequeña laguna profunda, como si de aquel espacio también se hubiera extraído tierra o barro, se trata de «La Matilla».

La recuperación del Pozo Airón

Una de las charcas más cercanas al casco urbano es el Pozo Airón. Tiene manantial y una pequeña laguna que suele ser el espacio preferido para los patos silvestres. Su valor estratégico es la recogida de aguas de gran parte del término municipal. Los caños desembocan en esta mancha de agua que tiene más o menos agua dependiendo de la época del año. Cuenta con arbolado cercano. El alcalde dice que entre sus planes está limpiar y adecentar este espacio. Justo al otro lado del pueblo está la Orreá.

Cree el alcalde que son más nuevas las que llaman «charcas de Teodoro», por encontrarse en las tierras de este labrador de Villar. «Hay dos charcas juntas, separadas por un camino», detalla el alcalde.

Otra de las charcas que menciona el regidor es la Fuente de las Pozas. En este paraje hay una pequeña charca, una fuente y un regato.

Patos en el lavajo del Pozo Airón. J.HOLGUERA

Antiguamente muchas de estas charcas, que en años secos se convierten en hondonadas sin agua, fueron destinadas a escombreras o basureros, otras se taparon o descuidaron. Hoy gozan de gran valor porque forman pequeños ecosistemas muy atractivos para acoger especies de animales, insectos y plantas que de otro modo no podrían sobrevivir en esta zona. Es el caso de la explosión de biodiversidad que se genera en el Azud de Riolobos, dependiendo de la época y el momento del año. Esta obra de ingeniería hidráulica de 450 hectáreas de superficie y 14 hectómetros cúbicos de capacidad es la mayor masa de agua de Villar de Gallimazo, eso sí compartida con el término municipal de El Campo de Peñaranda. El Azud de Riolobos es un espacio incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas de Interés Especial que acoge el paso y nidificación de aves de África y Europa. En esta masa de agua se dan encuentro miles de animales de distintas especies.

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