De municipio natal de Rafael Farina a un lugar ideal para disfrutar todo el año

A pocos minutos de la capital por la autovía de Béjar (Ruta de la Plata) está el acceso más rápido a la localidad de Martinamor, a la que también se puede llegar enseguida desde Alba de Tormes. Ubicada a casi mil metros de altitud es un oasis fresco en verano, cuando el municipio recibe a veraneantes e hijos del pueblo que regresan para dar de nuevo vida a la localidad. Casas abiertas y una población que se duplica, al pasar de unos ochenta vecinos a cerca de doscientos, es el detalle más singular del municipio.

Su término municipal está formado por las localidades de Cuatro Calzadas, Martillán, Martinamor, Matamala, Revilla y la urbanización Mirasierra, un punto elegido por muchas familias para construir una cómoda segunda residencia a su gusto.

Una localidad nacida de la repoblación de los Reyes de León

El municipio es un lugar histórico, puesto que su fundación se remonta a la repoblación efectuada por los Reyes de León en la Edad Media. Las diferentes pedanías se incorporaron en el siglo XIII, con lo que el asentamiento humano en este punto es centenario y continuado.

En la historia más reciente de Martinamor el personaje público que más destaca es la figura el cantaor Rafael Farina, cuya familia vivió varios años en la localidad en la que nació el popular intérprete de copla que durante el siglo XX fue todo un referente.

Este año, el próximo 2 de junio, se cumplirá un siglo de su nacimiento.

 

Mejoras e infraestructuras para la calidad de vida de todos

El municipio apuesta por mejorar y ampliar las dotaciones e infraestructuras públicas al servicio de los vecinos. Aumentar la calidad de vida es el objetivo final con el que trabajan los responsables municipales que han apostado, a lo largo de los últimos años, por acciones como la ampliación del Centro Cultural e incluso por la incorporación de carpas de sombra al parque infantil, de manera que sea más cómodo para el uso de los niños.

El entorno de la localidad y sus paisajes son uno de los grandes atractivos del municipio en el que los paseos por el monte ofrecen vistas espectaculares de gran parte de la comarca albense.

La cantidad de senderos con los que cuenta Martinamor permite disfrutar de la naturaleza y del turismo rural. Respecto a este punto, el Consistorio ha renovado, con maquinaria de la Diputación el sendero que lleva hasta el paraje de la ermita en el monte de la localidad, en concreto, en la denominada cuesta de San Pelayo. Se trata de una ruta de unos cuatro kilómetros, apta para hacerse a pie o en bici. Además, entre los objetivos de futuro está impulsar un proyecto turístico para construir un mirador en ese mismo lugar y así poder observar con más seguridad los paisajes.

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