La localidad de Peñaparda mantiene activo su colegio este curso con tres alumnos.

Los motivos por los que otros cuatro colegios salmantinos arrancan el curso en peligro de cierre

A los cierres de Cabrillas y Cilloruelo hay que sumar también el de Mozárbez

Lunes, 28 de octubre 2024, 06:15

Aunque los últimos datos muestran un cierto frenazo en la caída paulatina de población en la provincia de Salamanca, lo cierto es que el descenso de la natalidad sigue causando verdaderos estragos en el conjunto de la geografía provincial, especialmente en las pequeñas localidades. Uno de los mayores efectos de esta caída de nacimientos se ve reflejado en el sector educativo. Tanto es así, que a día de hoy solo tres de cada diez municipios conservan abiertas sus escuelas. El resto han tenido que cerrar por falta de alumnos. El curso que acaba de arrancar no es una excepción. Todo lo contrario. A las dos localidades que ya en el mes de agosto anunciaron el cierre de sus escuelas, como son Cabrillas y Cirolluelo —que el pasado curso sobrevivieron con tan solo 3 alumnos—, se ha sumado a última hora un tercer municipio: Mozárbez, según informa la Consejería de Educación.

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Y de cara al próximo año, la situación no es menos halagüeña, toda vez que otras cuatro localidades han iniciado este curso con solo tres o cuatro alumnos en sus escuelas, lo que las sitúa al borde del precipicio en esta cada vez más extensa lista de pueblos que carecen de colegio.

Uno de los centros que estaba en esa situación era el de Cantagallo, adscrito al CRA Ruta de la Plata, aunque la llegada de tres hermanos a principio de curso ha hecho que cuente ahora con seis niños, pese a disponer de una veintena de chavales en edad escolar, «pero muchos padres prefieren llevarlos a estudiar a Béjar», subraya el alcalde Adolfo Álvarez de Castro.

Con tres niños se encuentra la escuela de Valero, integrada en el CRA Los Jarales, ya que hay otros niños y niñas que prefieren estudiar en Linares, según desvela Demetrio Canete, alcalde del municipio. San Felices de los Gallegos no es ajeno a esta situación, y mantiene los mismos tres alumnos del pasado curso, «aunque hay padres que prefieren llevar a sus hijos a Lumbrales», subraya la alcaldesa, María Antonia Redero.

La escuela de Peñaparda este curso ha perdido un alumno y se ha quedado con tres. «Aunque el próximo curso contaremos con seis, ya que entrarán tres nuevos», anuncia la alcaldesa Alicia Palos. Con cuatro alumnos y también en la cuerda floja se encuentra Santiz, localidad a la que también le cuesta retener alumnos porque algunos padres prefieren enviarlos a Salamanca.

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