Entre Montse y Tomasa anda el juego

Se trata de un coincidencia poco habitual, sobre todo si se tiene en cuenta que cada una de las tres familias tiene una historia y un origen diferente con el nexo en común de que todas ellas tienen arraigo en Puente del Congosto porque, o son de allí o viven allí o tienen casa y pasan temporadas en la localidad.

El primero de los casos es el de Montse Vallejo Hernández, natural del pueblo, que es hija de Tomasa Hernández Berguío, natural de Bercimuelle, entidad local menor que forma parte del municipio de Puente del Congosto.

«Mi madre se llama Tomasa de Cabo Alonso y es nacida en Tamames. Yo soy nacida en San Sebastián y vivo en Salamanca», explica Montse León de Cabo, otra de las Montse, que sin ser del pueblo, lleva décadas integrada como una vecina más. Recuerda cómo «empezamos a veranear en el Puente cuando yo tenía once años y ahora tengo 53. Desde entonces somos hijas adoptivas del Puente. Nos conocimos porque en el pueblo nos conocemos todos, hablas y hablas y te enteras de los nombres».

La tercera pareja de madre e hija se llaman, como no, Tomasa y Montse. La hija, Montse Sánchez Alonso, explica que: «Mi madre se llama Tomasa Alonso Sánchez y hemos vivido en Salamanca, pero somos de Gallegos de Solmirón, mi madre es de Gallegos y mis abuelos eran de Gallegos, pero me casé en el Puente y vivo aquí. Mi madre, al jubilares mi padre, Segundo, vino a vivir al pueblo -a Gallegos, se refiere-». Recuerda que la historia viene de lejos ya que se ven en invierno, se encuentran en verano en el río Tormes y se conocen del pueblo. Monte Vallejo y Montse Sánchez viven en Puente del Congosto y «Montse la de Salamanca», como la llaman, viene muy a menudo.

Hace tiempo que hablaron ya de esta curiosa coincidencia, pero la cosa quedó en el aire hasta este año, en el que no han dudado en reunirse con el objetivo de dejar para el recuerdo la coincidencia de la existencia de tres madres llamadas Tomasa con sus respectivas hijas, bautizadas como Montse. «empezamos a hablar un día y pensamos que teníamos que hacernos una foto porque es un caso extraño. Nos hacía mucha ilusión y quedamos el otro día y nos hicimos la foto para el recuerdo», relata Montse Sánchez. Ella misma añade que: «al final, todas somos de la zona y entre las tres nos llevamos bien. Encontrar una Montse es quizá más fácil, pero las Tomasas es más complicado».

Lo que está claro es que esa circunstancia fue una excusa pare reencontrarse y pasar, como ellas mismas reconocen, un rato muy agradable entre las seis. Además, no dudaron en inmortalizar el momento junto a la fachada de la vivienda de Montse Vallejo que sirvió para crear un inmenso mural, obra de Daniel Martín, como homenaje a las mujeres de Puente del Congosto. Una obra que fue posible el pasado invierno gracias a las aportaciones conseguidas con motivo de la comida de la matanza tradicional que celebra la localidad en el mes de diciembre.