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D. Sánchez
Sotoserrano
Viernes, 10 de mayo 2024, 12:10
Cuesta discernir en qué punto exacto, la Sierra de Francia y las Hurdes se separan en la herradura que dibuja sobre su curso el río Alagón cuando se asoma al conocido meandro del Melero. Este accidente geográfico sirve de frontera natural entre Salamanca y Cáceres y permite al visitante dejarse seducir por el entorno de ambas sierras que rodean a todo aquel que se asoma a este enclave.
Situado a escasos kilómetros de Sotoserrano, este lugar se ha convertido en los últimos años en uno de los puntos más visitados de la provincia por parte de los amantes de la naturaleza, pero también por aquellos que buscan una impactante fotografía con la que sorprender en redes sociales.
Un meandro se forma cuando el agua disminuye la velocidad durante el curso del río, formando las curvas o meandros tan característicos. Sin embargo, este del Melero, llama la atención por el giro que realiza el curso del río, haciendo la silueta de una herradura y que, además, se ha convertido en su principal reclamo. No son pocos los que pueden identificar este accidente fluvial solo con visualizar durante un segundo la peculiar forma y la isla que se origina en su interior.
Esa pequeña parcela de terreno permanece «inexpugnable» durante la mayoría del año, a excepción de la época estival, cuando el buen tiempo y el aumento de temperaturas afectan al caudal de agua, haciendo que sea mínimo y permite adentrarse en esa isla a los visitantes más curiosos. La mayoría, sin embargo, se conforma con admirar desde el mirador la belleza natural que se esconde en esta inesperada «frontera» entre Salamanca y Cáceres.
Al encontrarse en un punto intermedio entre las provincias de Salamanca y Cáceres, el acceso al meandro del Melero se puede realizar desde diferentes zonas, pero que confluyen en un mismo final, que es este paraje natural.
Desde el lado charro, se debe llegar hasta el municipio de Sotoserrano para desde allí, tomar la carretera DSA- 225 que lleva a la conexión con Extremadura. Un kilómetro antes de llegar al límite territorial, se puede estacionar el coche en el parking habilitado justo enfrente del pueblo abandonado de Cabaloria, cuyas ruinas son visitables y del que parte una senda de unos 3 kilómetros que nos dejará en el mirador de la Romerosa.
Ese mismo mirador será el destino final si el punto de partida se sitúa en la localidad de Riomalo de Abajo, primera población tras cruzar el límite provincial. Desde el pueblo se pueden observan distintos indicadores que llevan a una pista forestal que conduce directamente al meandro y tiene poco más de 2 kilómetros.
Aunque esta pista permite acceder con vehículos hasta el mirador, se recomienda hacerla a pie para poder disfrutar del pinar que rodea a este paraíso natural a medio camino entre dos provincias.
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