Los mayores de Alba de Tormes rememoran su juventud gracias a los coches clásicos

Un Ford A de 1929, un Mustang de 1971 o un Citröen 2 caballos... así hasta diecisiete coches clásicos hicieron las delicias ayer de los usuarios de la residencia de mayores de Alba de Tormes.

Con motivo de la festividad de San Cristóbal, patrón de los conductores, la directiva del centro, capitaneada por Marta Rodríguez, y Jesús Leonú, coleccionista de coches clásicos albense, unieron fuerzas para regalarle a los veteranos una mañana entretenida llena de buenos recuerdos.

“La experiencia ha sido fabulosa, muchos de los coches que hay aquí me recuerdan a mi infancia y también alguno de ellos los he llegado a conducir”, expresó Alberto Sanz, uno de los usuarios de la residencia.

Precisamente, ese ejercicio de memoria es uno de los objetivos que perseguía Sheila Hernández, la terapeuta ocupacional del centro, cuando puso en marcha esta cita con coches de otras épocas. “Rememorar el pasado, compartir con sus amigos de la residencia sus recuerdos y relacionarse con gente externa a la residencia, les viene muy bien”. Hernández además apuntó que “llevan días preparando banderines para recibir a los coches y elaborando regalos para dárselos a sus dueños, han sido días muy bonitos”.

Amador Bautista, otro de los veteranos presentes, explicó que había sido “precioso” ver de cerca todos estos vehículos: “El más bonito para mí ha sido el Ford A”. Igual que Jesús Leonú, que tampoco podía ocultar su entusiasmo: “Estoy encantado de haber podido colaborar en esta mañana tan entrañable para los mayores, la idea era conseguir emocionarles, y creo que lo hemos logrado entre los 27 que hemos colaborado para traer esta amplia muestra de coches clásicos”.

Leonú, como se le conoce en Alba, animó a los dueños de los coches clásicos a participar en esta actividad mientras charlaba con alguno de los allí presentes, entre ellos, un mecánico especialista en coches clásicos, Romualdo Carpintero, o uno de los conductores más veteranos que no faltaron a la cita, Juan Galán, que con 88 años presumía de haber conducido muchos de los coches expuestos y de haberle hecho a su Mercedes 190 la friolera de 1.800.000 kilómetros. “El coche tiene 37 años, yo era comercial de muebles en España y Portugal, por eso he viajado tanto”, explicaba.

Carpintero, por su parte, opinaba sobre la mecánica actual y explicó que hoy todo es “más complicado”: “El secreto de la longevidad de estos coches es precisamente la simplicidad de todo. Los mecánicos de hoy en día no serían capaces de arreglar estos coches porque cada vez queda menos gente que entienda esta mecánica”, sentenció.

• Temas
• Ancianos
• Alba de Tormes