Malestar en Béjar por las ambulancias de segunda mano llegadas de Palencia

Sergio Cáceres, vecino de Cantalapiedra: «Nos hacen esperar hasta dos horas y media»

Desde hace tres años, tres días por semana, Sergio es trasladado en ambulancia a Salamanca para recibir diálisis.

¿Cómo funciona el servicio de ambulancias?

Fatal; no llegan a sus horas. Ayer fue el último día que llegué aquí a las diez y media de la noche, desde las siete que salí de diálisis. Sales machacado y te tienen esperando dos horas y media. Gracias a que las enfermeras nos sacan un zumo y podemos reponer fuerzas.

¿Se ha quejado?

Venimos uno de Cantalpino y yo, y como soy el que rezunga luego lo pagan conmigo. Un día me llevaron sin atar en la ambulancia y me fui dando porrazos todo el camino hasta que llegué. Si llamas a la oficina como si no llamaras. Una vez me dijeron: «Es un servicio público y te tienes que aguantar».

¿Cómo es el estado de las ambulancias?

No me digas que una ambulancia por la mañana pronto no puede tener ni calefacción. He llegado heladito de frío, pero donde el conductor sí la llevaba. jh.

Rosa, familiar de un enfermo: «Se hizo un transbordo en plena carretera»

La problemática de los traslados en ambulancia desde los pueblos de la provincia a Salamanca no es nueva y, en muchos casos, se juntan a varios pacientes para ir haciendo el recorrido por diferentes localidades con lo que el viaje comienza mucho antes y acaba mucho más tarde. Es el caso que ha sufrido en varias ocasiones Rosa H., que por cuestiones familiares ha tenido que acudir bastantes veces como acompañante y lo ha vivido en propia persona.

«Mi madre le dieron quimio hace unos años, aunque no falleció de cáncer. Yo fui con ella todos los viajes y hubo una vez que se hizo un transbordo en mitad de la carretera para llevar a unos señores a Cespedosa y nosotros continuar el camino, que eso me parece inhumano. Veníamos de Salamanca con mucho retraso y estaba lloviendo. Compartíamos ambulancia con unos señores de Cespedosa y, para no tardar más, vino una ambulancia desde Béjar y en la zona de Guijuelo esperamos a que llegara la ambulancia, cambiaron a los señores de Cespedosa y nosotros seguimos camino hacia Béjar», explica. «A nosotros nos benefició porque no tuvimos que ir hasta Cespedosa pero eso no se puede hacer porque compagínate como sea para llevar a los pacientes, pero no hacer un cambio en mitad de carretera que puede pasar cualquier cosa, que hace frío...». Señala que se lo ha dicho muchas veces a los las ambulancias, «que ellos no tienen la culpa, pero somos personas y la gente cuando lo utiliza está realmente mal, no va por gusto», añade Rosa.

Tras acudir con su madre, ha tenido que viajar también con una prima y ahora lo hace con su padre: «Este año también fui con mi prima porque tenía bastantes controles a oncología. Ella iba en camilla con dolores y nos metían por todos los pueblos habidos y por haber, dando botes porque las carreteras no están acondicionadas y nos recogían a las 7 o las 8 de la mañana para estar allí a las 11 o las 12. Un día a las cinco estábamos allí todavía y sin comer. Ahora estoy también con mi padre y hemos pedido ambulancia porque no tenemos coche, pero no te queda otra».