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Lunes, 12 de julio 2021, 20:30
Con la entrada de julio y el buen tiempo, las altas temperaturas favorecen la llegada de veraneantes a los pueblos de la provincia. Algunos de ellos ya están llenos e incluso esperan duplicar su población en el mes de agosto, que es cuando se espera la llegada más numerosa de vecinos que regresan a pasar la temporada estival a los municipios. La pandemia ha provocado que la población opte por pasar las vacaciones en el medio rural y regresar a sus pueblos, aunque sea por unos días, para disfrutar de sus ansiados días de descanso.
Este año, se da la circunstancia de que ya con la situación sanitaria más controlada, se opte por pasar unos días fuera. Ello ha provocado que los pueblos de la provincia experimenten una llegada de veraneantes menos numerosa que el año pasado pero más que antes de la pandemia.
En localidades turísticas como Béjar y Candelario este fin de semana se ha producido una llegada masiva de gente que va a sus segundas residencias, principalmente jubilados, que en estos días llenan las calles de ambas localidades y que, además de la gran afluencia que se ve estos días en las calles de estos dos municipios, los veraneantes llenan sus bares y establecimientos. Las zonas de baño también son sitios muy concurridos en estos días. Es el caso de Puente del Congosto, que se ha convertido en un atractivo para la gente de los pueblos, que acude hasta allí buscando zonas en las que refrescarse.
Otros municipios más pequeños, como es el caso de Valdelosa, espera duplicar su población en las próximas semanas. “Ha llegado gente, aunque escalonadamente, y va a seguir viniendo más. La gente busca aislamiento por los paseos, caminos, naturaleza... y eso te lo dan los pueblos”, señaló Manuel Prada, alcalde de Valdelosa. En este caso, “hay entre un 30% y un 40% más de población que la habitual y en agosto esperamos duplicarla. Se nota la influencia de estos dos años de pandemia, ahora viene al municipio más gente que la llegaba en años anteriores”, indicó Prada.
Aldeanueva de Figueroa es otro de los municipios que cada verano reciben a decenas de veraneantes que llenan las calles de la localidad. “La gente va llegando, ahora hay la misma que el año pasado por estas fechas, o incluso algo menos puesto que suelen venir más a partir de la segunda quincena de julio y en el mes de agosto”, afirmó Candelas González, regidora del municipio. Al contrario que en otras localidades, que los veraneantes van a casa de sus padres o abuelos, “lo importante es que la gente que viene tiene su propia vivienda y, por tanto, se abren las casas”, añadió González.
Pueblos más cercanos a la capital, como es el caso de Rollán, han visto aumentar su población debido a la pandemia. En este caso, se ha producido se ha producido el efecto contrario. “Con la covid la gente que en septiembre se marchaba de regreso a la ciudad se ha quedado también durante el invierno. La pandemia ha servido para atraer y fijar población”, indicó Leonardo Bernal, alcalde del municipio. Este aumento de la población ha hecho que “la llegada de veraneantes ahora no se note mucho pero en agosto habrá entre un 15% y un 20% más de la población habitual del pueblo”, indicó Leonardo Bernal, alcalde del municipio.
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