Los nuevos tamborileros ‘made in Salamanca’

El pistoletazo de salida de las Jornadas de Cultura Tradicional Rayana de Ciudad Rodrigo, y que aúnan el folklore de ambos territorios con talleres y conciertos, quedó ayer marcado por las primeras ponencias, a cargo del tamborilero José Ramón Cid, el experto en indumentaria Carlos García Medina, y el joven y entusiasta Juan Antonio Muñoz, un mirobrigense que cursa estudios de ingeniería informática, los cuales ha aprovechado para desarrollar un Trabajo de Fin de Grado que le ha valido ya diversos reconocimientos y premios.

Así como otros instrumentos encuentran en su versión eléctrica un abanico de posibilidades y variantes, como el violín, el piano o la batería, este estudiante ha trasladado la gaita charra a un prototipo en vías de desarrollo, la gaita electrónica. La idea surgió durante la pandemia, una etapa en la que el ensayo de los músicos en sus hogares podía resultar molesto, dado que la confinamiento obligó a una convivencia obligatoria. Practicar con compañeros también supuso un escollo para avanzar en las piezas.

Así, Juan Antonio decidió iniciar un proyecto personal en el que continuará avanzando, y que permite ensayar sin ruido externo, compartir piezas en una plataforma, grabarlas, e incluso cambiar el tono, triada y timbre de la gaita, además de contar con una app de apoyo que muestra las notas que se están tocando, y permite ajustes como la sensibilidad en relación con la cantidad de aire que se utiliza, en caso de que el músico sufra una afección pulmonar.

“En ningún caso esto pretende sustituir a la gaita tradicional, sino que es una ayuda para practicar desde casa, e incentivar el aprendizaje”, señaló el creador durante la ponencia, en la que mostró la gaita, compuesta de tres piezas, y cómo realizar semitonos con esta nueva tecnología.

“Aún está en una fase inicial, pero es funcional y muy práctico, que es lo importante”. Además, destacó que es una manera de perpetuar el folklore entre la gente joven, a veces una ardua tarea. “Es un ejemplo de que la tradición es algo vivo, y no tiene por qué reñirse con la tecnología”, declaró. Esta idea le ha merecido al joven estudiante mirobrigense una matrícula de honor en la Universidad, una beca en ingeniería informática que incluye un apoyo económico y formación empresarial, y y el premio Campus Emprendedor en la categoría de Emprendimiento Cultural, Social y Humanístico. Los objetivos están claros: una placa base a medida, nueva carcasa y el lanzamiento de la aplicación para móvil y ordenador.

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