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Mirador del Salto, en Saucelle, provisto de paneles, bancos y rampas. CASAMAR
Los miradores de las Arribes, olvidados a pesar de su potencial

Los miradores de las Arribes, olvidados a pesar de su potencial

Los Ayuntamientos se ocupan de la limpieza y acometen iniciativas de bajo presupuesto, las únicas a su alcance

Lunes, 19 de octubre 2020, 23:05

Las Arribes es conocida por sus vistas panorámicas y vertiginosas del río Duero y la presa de Aldeadávila, unas vistas que son posibles gracias a las decenas de miradores repartidos por las localidades aledañas, que, sin embargo, no reciben demasiada atención o la atención que merecen.

Instalados por la Junta de Castilla y León, pero de jurisdicción municipal, los Ayuntamientos tienen que afrontar la labor de mantenimiento, que se limita, mayormente, a la limpieza estipulada con determinada regularidad; es decir, aquella para la que están económicamente capacitados.

El desgaste progresivo y natural de los elementos, en su mayoría carteles, óxido en vallas y vencimiento de indicadores, pueden producir una imagen de abandono de cara al turismo, a pesar de que un gran número de estos espacios naturales tienen una buena infraestructura.

Muchos de ellos cuentan con telescopios, merenderos, contenedores, aparcamientos con plazas reservadas para personas con discapacidad y paneles informativos sobre la fauna y el entorno paisajístico. Los accesos, en su mayoría, complementan las escaleras con rampas para sillas de ruedas.

A veces, el conflicto reside en esa falta de cómodo acceso o en la falta de información e indicaciones, ya que es posible “toparse” de casualidad, si se presta suficiente atención, con algunos de los miradores, especialmente los dirigidos al senderista, incluso cuando son perfectamente aptos para vehículos.

Miradores como el del Fraile se enfrentan a otros problemas que el propio Ayuntamiento de Aldeadávila no puede resolver: la carretera que lleva hasta el impactante mirador de la presa es propiedad de la compañía energética, por lo que la reparación del asfaltado, muy necesaria debido a los intensos socavones, correspondería a esta.

Por el momento, el único plan de modificación en alguno de los miradores está precisamente en este, aunque se centrará en la instalación de una valla anexa a la actual, que mitigue la sensación de vértigo y desprotección de los visitantes.

Las Arribes permanece, mientras tanto, impasible y atada de pies y manos ante el cuidado de los muchos miradores en rincones mágicos y especialmente atractivos para impulsar el turismo de la zona.

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