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Lunes, 13 de febrero 2023, 19:35
Forman parte de una de las familias más conocidas en Candelario y, después de años fuera de casa, los hermanos Bermejo han regresado a su pueblo para iniciar una nueva etapa.
Se trata de Angela y Elena, de 55 y 57 años respectivamente, que vivían en Múnich, y Javier, de 44 años, que residía en Santander, donde trabajaba en una entidad bancaria. Fue el primero de los hermanos en tomar la decisión de regresar a casa y lo hizo en octubre. Por su parte, Angela volvió a Candelario en Navidad y Elena sigue en Múnich aunque se incorporará al negocio familiar en las próximas semanas.
En el caso de Angela, ha permanecido fuera de Candelario y de España la friolera de 37 años. En un principio emigró a Francia, después a Inglaterra y Austria y, finalmente, se asentó en Múnich, en Alemania. Y Javier explica que estudió en Salamanca y, después le ofrecieron trabajo en una entidad bancaria en Santander aunque también trabajo en pueblos de la zona.
Angela reconoce que, en Múnich, “he estado muy a gusto y tengo parte de mi corazón allí” porque” “he trabajo con muy buena gente y tengo allí buenos amigos pero es un circulo que se va cerrando”, explica para añadir que el motivo de su regreso fue una dolencia en los ojos y, por ello, “quería reducir el contacto con el ordenador”. Para Angela el cambio ha sido más doloroso porque “mi trabajo era excepcional al igual que mis compañeros, que siguen esperando a que vuelva”.
En el caso de Javier, su experiencia en Santander también fue positiva pero “estaba en una situación continua de crisis” por lo que decidió salir de su rutina. “Cada año que iba pasando me daba cuenta de que la vida se está yendo y estás fuera de casa” y, mientras tanto, “enferma mi madre, que falleció, y mi padre va cumpliendo años” reflexiona.
Ambos comentan que fue el destino el que les puso sobre la pista de la venta de un conocido establecimiento hostelero de Candelario. “Regresamos al pueblo, vimos el establecimiento, nos reunimos, decidimos invertir y nos quedamos con la gestión”, repasan. Javier explica que “hasta el último momento no teníamos claro que pudiéramos hacerlo ya que estaba prácticamente vendido” pero finalmente la operación salió bien y tienen previsto abrir de cara al mes de abril un establecimiento de alojamiento y desayuno sin servicio de comedor.
Y para impulsar esa nueva etapa, pondrán sobre la mesa la experiencia adquirida durante sus años de trabajo fuera de Candelario. Angela hizo sus pinitos de joven en algunos establecimientos hosteleros de esa localidad y a ello, suma 24 años de trabajo de cara al público en una organización internacional en Munich. A todo ello, añade que habla cuatro idiomas que, en un establecimiento turístico, es una herramienta bastante útil. Por su parte, Javier estuvo vinculado al mundo administrativo y de las finanzas y aportará esa experiencia. Después, se incorporará Elena que se ocupa de la logística y la decoración en una librería y su experiencia servirá para el nuevo proyecto familiar.
Comentan que han tenido un recibimiento muy agradable entre sus convecinos, que se han alegrado de su vuelta y de la reapertura de un negocio con solera en Candelario aunque con nueva denominación en una nueva etapa. Trabajan con toda la ilusión para preparar, cuanto antes, su nuevo apuesta laboral y poder ofrecer un servicio en Candelario que tienen ya muy definido. De cara al futuro, explican que el impulso turístico de esa localidad pasa por la unión de todo el sector sin “competencia” explica Angela porque “un pueblo como este tiene gente para todos los hosteleros si lo sabe trabajar”. Por ello, han vuelto a sus raíces para aportar su esfuerzo e invertir pero también para convivir.
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