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Martes, 26 de febrero 2019, 10:20
En cuatro años, Gejo de los Reyos, una pedanía de la comarca de Ledesma con sólo 50 habitantes al borde de la extinción, ha vuelto a nacer gracias a los alumnos del instituto Venancio Blanco de Salamanca y al proyecto puesto en marcha por Antonio Galindo, jefe de estudios de Bachillerato y profesor de Educación Física.
Conscientes del papel esencial de las zonas rurales, del desafío demográfico, de la importancia del relevo generacional en los pueblos como alternativa de futuro laboral para los jóvenes y de la recuperación de las costumbres tradicionales, el IES Venancio Blanco se lanzó a rehabilitar este municipio y a recuperar sus costumbres, algo por lo que ha recibido las felicitaciones del Ministerio de Agricultura, de la Universidad de Salamanca y que le ha llevado a ganar el Premio Surcos de CyL Televisión.
El centro, de excelencia en TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación), aprovecha los conocimientos de sus alumnos, que se convierten en monitores de los vecinos de Gejo de los Reyes en talleres de uso del móvil, de internet o para crear páginas webs de sus explotaciones ganaderas. Hace año y medio que la red WiFi llegó por primera vez a esta localidad gracias a la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa) del Venancio Blanco, también implicada en este proyecto que no recibe subvención alguna.
En Gejo de los Reyes todos salen ganando. Los vecinos se forman con los chicos, y los alumnos de la ESO y Bachillerato aprenden los usos y costumbres de la mano de los lugareños que ejercen de monitores voluntarios en los talleres de artesanía de la piedra, artesanía de la madera, música popular, juegos populares, albañilería, huerto, repostería... Una experiencia de lo más enriquecedora pero también motivadora para aquellos alumnos que en clase tienen más carencias, según señala el profesor Galindo, que destaca el éxito de los intercambios culturales con alumnos de Inglaterra, Francia y Alemania, encantados de vivir de primera mano las costumbres más castizas de la provincia charra.
Cerca de 3.000 personas han pasado por Gejo de los Reyes en estos cuatro años. La implicación del profesor Antonio Galindo, que adquirió varias casas en ruinas que han sido rehabilitadas por los alumnos y vecinos, ha servido para poner en marcha el museo “La huella del tiempo” con fotografías de los usos y costumbres antiguas de los vecinos, además de un espacio de dos mil metros cuadrados donde se recrean oficios del pasado siglo. Cualquiera puede volver a su infancia sentándose en una escuela de los años 50 o visitar una barbería, taberna o herrería de la época con todos sus elementos de la época. A ellos se suma una muestra con la evolución de la bicicleta de los años 50 a los años 90 y la reproducción de oficios antiguos en bicicleta como el afilador, el sereno, cartero o bombero.
Estos alicientes hacen que el pueblo comience a ser incluido en las rutas turísticas de la Diputación como la reciente de “Mil otoños” y cada vez son más los ciudadanos que acuden a conocer este pueblo recuperado gracias a la mano de jóvenes de entre 12 y 17 años.
Escolares, padres y profesores disfrutaron hace unos días de la matanza popular allí y los alumnos de los ciclos formativos se encargarán de hacer una página web a la localidad. La mejor página se votará en la semana cultural del instituto donde también están invitados los vecinos de Gejo.
Todo un ejemplo de lucha contra la despoblación que además sirve a los más jóvenes para conocer sus raíces y aprender de los veteranos.
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