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Miércoles, 10 de febrero 2021, 12:47
Mantener el confinamiento en el domicilio por un positivo en COVID no es sencillo, pero en el caso de Alba de Tormes existe un servicio gratuito, que ya funcionó durante el estado de Alarma, y que ha retomado la ayuda de voluntarios que acercan a estos domicilios artículos básicos que necesitan las familias durante esa etapa. “Les llevamos fruta o las medicinas, que son las cosas más pedidas”, apuntan José García, concejal y uno de los voluntarios que atienden estas peticiones.
No solo los obligados a quedarse en su casa por COVID, sino también los que han decidido apostar por un autoconfinamiento voluntario, llaman a los dos teléfonos móviles que recogen las peticiones y así ponen en marcha el procedimiento.
“A veces los propios vecinos han avisado antes a la farmacia, o la frutería de lo que necesitan. Nosotros hacemos de paso intermedio recogiendo lo que ellos han pedido”, relata García. Tras recoger el pedido se acercan a casa de la persona, tocan el timbre y dejan a la puerta de su domicilio las bolsas con los encargos. “No hay nunca contacto con las personas que nos traen lo que necesitamos. Cuando ellos se van salimos y cogemos las bolsas con lo que les hemos pedido que nos acerquen y así mantenemos el confinamiento en casa”, comenta una usuaria.
Cerca de una veintena de personas reciben esta atención por parte de los voluntarios. “El año pasado era más complicado por el tema de las medicinas. Me las tenían que traer cada semana durante el Estado de Alarma. Luego salió la receta con la que me las dan para dos meses y todo es más sencillo”, puntualiza uno de los vecinos. El perfil medio de los usuarios de este sistema de voluntariado supera los 70 años, muchos de ellos autoconfinados de manera voluntaria por problemas médicos y que mantienen por precaución la distancia social.
Durante los meses más duros del confinamiento hasta un centenar de personas que debían permanecer en sus casas recurrieron a este sistema. La mayoría de los usuarios actuales también son vecinos mayores, aunque ha bajado el volumen con respecto a los meses de abril y mayo, “en ese momento atendíamos entre 8 y 10 personas cada día, sobre todo pedidos a la farmacia, y ahora son 2 o 3 diarios”, indican los voluntarios.
Otra de las razones por las que se ha vuelto a poner en marcha este voluntariado es que, “con las nueva normativa de la Junta y los horarios limitados hasta las ocho de la tarde, hay mucha gente mayor que tiene miedo a salir de casa. Nosotros le llevamos las medicinas de la farmacia de una vez y en dos meses no tenemos que volver”, resumen los voluntarios, Lourdes Vaquero y José García que además son concejales del equipo de Gobierno albense.
Para atender las peticiones y los recados que ellos hacen en nombre de estos vecinos no hay un horario establecido, puesto que ambos voluntarios tienen sus respectivos trabajos, “procuramos que queden atendidos en el mismo día, porque el 80% de lo que nos encargan son medicamentos”, comentan los jóvenes.
Acerca de cómo arreglar cuentas en este caso el método elegido sigue teniendo como protagonistas a las bolsas de plástico en la mayoría de los casos, “como ellos suelen llamar a la farmacia para avisar de que vamos a ir a recoger el medicamento ya saben el importe. Nos lo dejan en una bolsa de plástico fuera de casa y cuando nosotros llevamos la medicación la recogemos y dejamos la bolsa de la farmacia”, resumen los voluntarios mientras suben las escaleras con un nuevo recado.
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