Ledrada une la tradición y la solidaridad en torno a su matanza

La localidad de Ledrada ha vivido este domingo una jornada de fiesta gracias a la celebración de la decimocuarta edición de la matanza tradicional organizada por la Cofradía de Jesús El Nazareno en colaboración con el Ayuntamiento y distintas firmas colaboradoras.

Pero no ha sido una cita más sino que, en esta edición, los organizadores han querido unir solidaridad con tradición para aportar fondos para la asociación bejarana contra el cáncer a la vez que vecinos e invitados revivían la matanza al estilo tradicional.

En esta edición, el jurado decidió nombrar matancero de honor al ledradense Federico García Gómez, que ha acudido acompañado por su esposa, Pilar Collado, y su familia. Ha recibido de manos del alcalde, Carlos Parra, el blusón y la boina propia de la matanza y ha recordado su trayectoria fuera de Ledrada, de donde partió siendo joven en los años 60, aunque sin olvidar su pueblo al que regresa cada verano para disfrutar con los amigos. «Ledrada ha marcado mi trayectoria profesional y la de mis hermanos emigrados a Madrid para buscar un futuro mejor pero ligado a lo que habíamos mamado desde niños, la industria chacinera», ha explicado para añadir que ha sido un día especial ya que le acompañaba su familia y sus nietos aprenderían las labores matanceras.

Precisamente con esas labores como son el pesado, sacrificio, chamuscado y despiezado del cerdo ha comenzado la fiesta mientras los voluntarios de la asociación bejarana contra el cáncer repartía embutidos, pan y bebida entre los presentes. La muerte del animal ha tenido lugar fuera de la Plaza Mayor para cumplir con la normativa vigente y ha regresado para el chamuscado y posterior despiezado. Después, una subasta de productos ha puesto el toque solidario a la cita así como la rifa de los productos nobles del animal.

Todo ello tuvo lugar en una jornada con tiempo desapacible, viento y lluvia intermitente que no lograron deslucir la cita. La recaudación solidaria subió a 1.184 euros entre la subasta, 925, y la urna - hucha, 259 euros.

PESAJE DEL CERDO A PULSO

Minutos antes del inicio de la matanza, Delfín Hernández, ha apuntado en una pizarra el nombre y el peso del cerdo estimado que los presentes han tratado de afinar. Después, matarifes, voluntarios y colaboradores han cargado con el marrano, recluido en una jaula, su pesaje. El resultado ha sido de 224 kilos aunque han restado el peso de la jaula, unos 42 kilos, lo que ha supuesto un peso total de 182 kilos, que han acertado tres personas.

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