Ledesma inunda sus calles de laurel y palmas

La mañana del Domingo de Ramos en la villa ledesmina contó con varios puntos de atención en torno a las celebraciones religiosas y así, a las doce de la mañana se desarrolló, desde la iglesia de Santa Elena, una sencilla procesión en la que los protagonistas y encargados de llevar los pequeños pasos, fueron los niños de catequesis del municipio ataviados con sus túnicas y arropados por sus familiares en un trayecto que les llevó hasta Santa María La Mayor.

A las doce y media arrancaba en la parroquia, en la que no cabía ni un alfiler, la eucaristía del Domingo de Ramos. Mientras tanto la Plaza Mayor se iba llenando de vecinos y visitantes que ya no tenían sitio en el interior del templo y que esperaban la salida de la gran procesión de la jornada con el paso de La Borriquilla.

Pasada la una y cuarto terminaba la eucaristía y comenzaban a salir los fieles que se dirigían a una de las paredes exteriores laterales del templo para recoger el tradicional ramo de laurel.

Además de este verde acompañamiento en la localidad también se vieron varias docenas de palmas blancas, algunas de más de dos metros, y otras más pequeñas dedicadas a que las llevasen los niños.

Con el acompañamiento de la Banda de Música Tomás Bretón salía el paso a la Plaza Mayor de Ledesma, a hombros de una docena de cofrades de La Borriquilla, ataviados con traje azul y portando sus medallas identificativas de la cofradía.

Un largo pasillo de vecinos escoltaba los primeros y lentos pasos de los cofrades de La Borriquilla con su paso titular por el ágora, dejando ver a todos los presentes la decoración floral elegida para la ocasión y el mimo con el que se prepara desde hace tres años la salida a la calle del último paso que se ha sumado al patrimonio artístico de la Semana Santa de Ledesma, que se estrenó en 2023.

La larga procesión realizó su recorrido habitual permitiendo que los vecinos viesen el paso en los puntos clave de la Semana Santa de Ledesma.