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Lunes, 22 de marzo 2021, 14:11
Cómo pasar por Saucelle sin detenerse en al menos uno de los muchos miradores que jalonan los aledaños con vistas directas al paisajes de Las Arribes. La ciclópea presa se abre bajo las panorámicas que facilitan sus muchos miradores, entre los que destacan El Picón del Moro, El Mirador de Las Janas o el Mirador de Los Negritos. Son algunos de los rincones de belleza etérea rodeada de silencio y espacios de descanso en los que armonizar con la naturaleza en terreno arribeño.
El más reciente, el Picón del Moro, tiene tan solo dos años de antigüedad, y cuenta con un amplio aparcamiento, además de estar enclavado junto a un merendero con barbacoas y una senda perfecta para los más andarines, lo que convierte este mágico y versátil lugar en un punto en el que el tiempo se detiene.
Disfrutar del entorno es posible también a través del paseo de las Lavanderas, un espacio botánico y autoguiado de un kilómetro de recorrido perfecto para un paseo distendido. Se halla salpicado de curiosos paneles informativos sobre las aves y plantas autóctonas, que incluye hasta los fervientes trinos de algunos de los pájaros que lo habitan y surcan regularmente el cielo de Saucelle.
La observación de aves y, en general, de flora y fauna, resulta muy recomendable desde esta senda. En ella se entremezclan aves y especies botánicas comunes en la península ibérica con otras no tan frecuentes para la latitud en la que se encuentra. La experiencia de naturaleza viva se corona con la visita al Mirador de Las Janas, desde el que es posible contemplar el majestuoso vuelo del buitre leonado o el alimoche en cualquier momento del día.
La estancia en Saucelle gana atractivo gracias a apetecibles establecimientos como la Posada Real, que alberga además en su seno la Oficina de Turismo, desde la cual es posible alquilar hasta seis bicis para lanzarse a hacer emocionantes rutas BTT en la zona. En cuanto a la oferta gastronómica, la comida tradicional, como las patatas meneás y los torreznos, están a la orden del día, en comunión con un auténtico retiro rural en el que la belleza se da tanto en el exterior como en la posada, provista de todos los servicios ineludibles para los visitantes.
“El Picón del Moro es una maravilla, estás suspendido en el Duero, es precioso”, recomienda la alcaldesa de Saucelle, Encarnación Quirós. Este joven mirador aguarda en la carretera del Mirador del Salto, ya mítico, a los nuevos turistas en busca de vistas inolvidables. Saucelle ofrece, por lo tanto, una escapada viable en coche, a pie, intensa o relajada, a gusto del turista.
Contenido patrocinado por elAyuntamiento de Saucelle
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