Las iniciativas de estos municipios salmantinos para fijar población

Varios pueblos de la comarca de Peñaranda coinciden estos días en sus iniciativas para disponer de solares que puedan posteriormente parcelar y ofrecer a bajo precio para facilitar que la gente, sobre todo las parejas jóvenes, decidan quedarse a vivir en el medio rural y frenar, por tanto, el éxodo a las capitales.

En todo ello influye, además, el cambio de mentalidad que ha traído la pandemia del COVID y sobre todo el confinamiento estricto de la pasada primavera y que lleva ahora a las familias a buscar viviendas que cuenten con patio o jardín, algo más factible y económico en los pueblos.

Huerta, a escasos 17 kilómetros de la capital salmantina y a orillas del Tormes, es una de las localidades en las que su ayuntamiento ha comenzado a buscar soluciones para hacer frente a la creciente demanda de vivienda y pretende urbanizar un nuevo sector urbano con un grupo de viviendas pareadas de protección y que contará, además, con otras parcelas edificables, zonas verdes y deportivas. Babilafuente, una de las villas “vecinas” de Huerta, también está en negociaciones para que su Ayuntamiento compre un terreno dentro del casco urbano y luego pueda venderlo por parcelas a un precio asequible y con la idea de frenar la especulación urbanística. Por último, en Villar de Gallimazo, el Consistorio ha puesto recientemente en venta dos viviendas de propiedad municipal y pretende destinar el dinero que se obtenga de ello a la construcción de una urbanización con una decena de parcelas.

Que la vuelta al pueblo sea más fácil para algunos y que otros decidan quedarse a vivir en él son los retos para los responsables municipales con la esperanza de poder, al menos, mantener e incluso subir el censo poblacional recibiendo a nuevos moradores. Contar con terrenos a precios atractivos y razonables es esencial para las estrategias en materia de vivienda que tienen los ayuntamientos sobre la mesa a día de hoy y que buscan llevar a la práctica.

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