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La Virgen de la Asunción de La Alberca, cuyos festejos se conocen como el Diagosto, irradia belleza durante los cuatro días de intensa celebración que atraen irremediablemente a visitantes de todas partes, embriagados por una seductora tradición. Sin perder un ápice de esencia, la localidad serrana de La Alberca hace gala de un preciado turismo en todas sus facetas, desde el rico patrimonio y la historia hasta los propios festejos que marcan el calendario de todo albercano.
La primera jornada del Diagosto comienza el domingo día 14, en el que el municipio serrano seda su primer baño de masas con un vistoso pasacalles con tamborileros desde la Ermita de San Blas, uno de los espacios testigos de fiestas típicas albercanas, hasta la Plaza Mayor de la localidad.
A última hora de la tarde es el momento del tradicional pregón, cuyo honor será, en esta ocasión, del respetable filólogo y doctor en literatura de la Universidad de Extremadura David Matías, buen conocedor de La Alberca, sobre la cual ha realizado varias publicaciones y estudios.
Al filo de la madrugada los vecinos participan en la típica alborada en honor a la Virgen de la Asunción, que será el preludio a la primera de las noches musicales de los festejos patronales, gracias al buen hacer de la orquesta La Movida.
El día grande llega al mediodía del lunes día 15 con la solemne misa y la posterior procesión. El ofertorio y las danzas tradicionales llenan de vida, color y alborozo la Plaza Mayor albercana, bajo la atenta mirada de los cientos de asistentes.
No es hasta la tarde cuando la villa serrana, descansada del éxtasis litúrgico, celebra un rosario y procesión, actos que desembocan hacia las 19:00 horas en una muestra de folklore en el ágora principal. El cierre de la jornada llega con la actuación de Rumba Estrés casi al caer la medianoche, seguida de una discoteca móvil para dilatar la fiesta.
Sin solución de continuidad arranca el martes día 16 a las 5:00 horas de la madrugada para proceder al montaje del vallado para los festejos taurinos, que se desarrollan con un encierro matinal y un festival sin picadores al caer la tarde. Pero sin duda, el plato principal de la jornada es la representación del auto sacramental de La Loa, declarada BIC, así como las fiestas en general ostentan el título de Fiesta de Interés Nacional.
Una nueva cita musical llega esa noche para redondear la jornada con temas de ochenteros y noventeros. El último día despide los festejos con carretones, novillada sin picadores, y una verbena como cúlmen del Diagosto.
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