Las dos únicas localidades salmantinas fuera del alfoz que ganan población desde el año 2000

La villa ducal y Guijuelo son las pocas cabeceras de comarca, fuera de los municipios del alfoz de Salamanca, que han mantenido e incluso aumentado su población en lo que va de siglo.

En el caso concreto de Alba, de los 4.654 vecinos que contaba en 2020 ha pasado en la actualidad a 5.092, lo que significa que ha subido un 9,1% la cifra de empadronados al haber sumado 438 personas.

“Como cabecera de comarca la villa ducal cuenta con todos los servicios generales para los vecinos, pero falta industria, porque el empleo es el motor para que la gente se quede en un municipio, o incluso venga a vivir a la localidad. Esperamos que el turismo vuelva a ser motor económico para la villa ducal junto con el sector servicios”, asegura la regidora Concepción Miguélez.

La actual cifra de vecinos en el municipio, sin embargo, no es la más alta registrada a lo largo de los últimos 22 años en los datos estadísticos del INE, puesto que en lo que va de siglo la villa ducal ha contado en algunos momentos con un número mayor de residentes. Así, el pico en el número de residentes se alcanzó en 2012, cuando en Alba de Tormes el censo alcanzó los 5.382 vecinos, lo que supuso el punto más alto del ‘diente de sierra’ que está describiendo su población, ya que desde esa cifra a la actual registrada por la estadística oficial de 2022 se ha perdido un 5% de residentes, comenzando un punto de descenso, aunque todavía se registra un importante crecimiento con respecto a su posición de partida en el año 2000.

“Está bajando la cifra de vecinos y es algo que preocupa al Ayuntamiento de Alba de Tormes. Uno de los puntos de inflexión que se han producido en estos últimos años ha sido la pandemia y las consecuencias que ha tenido, pero también ha descendido la natalidad. Los dos factores juntos tiran hacia abajo de la estadística”, resume la regidora de la localidad.

En los últimos años algunas familias se han incorporado al padrón de la localidad por motivos de trabajo al aprobar alguna de las oposiciones que ofrecen puestos de trabajo en las distintas administraciones públicas y se han trasladado desde la capital salmantina hasta el municipio para establecer allí su hogar, algo que también es habitual con vecinos de municipios más pequeños de la comarca, que modifican su residencia para beneficiarse de las ventajas que ofrece la cabecera comarcal.

La creación de empleo es, sin duda alguna, la principal razón por la que Guijuelo mantiene un censo en un entorno en el que, por regla general, ha perdido población en estas dos primeras décadas de siglo.

Así lo señala el alcalde, Roberto Martín, y lo corroboran los datos dado que la industria cárnica de la localidad es dinamizadora de empleo en toda la provincia y en zonas limítrofes porque a sus fábricas acuden diariamente cientos de personas de muchas procedencias. Los hay que se quedan a vivir y los hay que regresan a casa cada día. Por eso, detalla el alcalde, “ofrecemos servicios para un número de habitantes mucho mayor que el censo que tiene Guijuelo”. Y es que la población flotante que alberga la villa, sumada al censo, supera con creces los 10.000 habitantes.

El desarrollo de los servicios es, por tanto, otro de los elementos a tener en cuenta con centro cultural, ludoteca, centro juvenil, biblioteca, becas a deportistas o becas de transporte para estudiantes, sin dejar de lado las ayudas o descuentos para las familias empadronadas en la villa en algunas iniciativas.

Este dinamismo hace también posible que Guijuelo se convierta en uno de los municipios con mayor censo de población extranjera de la provincia. Un 15% de su censo está formado por personas de 32 nacionalidades diferentes. Destacan los ciudadanos procedentes de Rumanía, que suman más de 400 empadronados en Guijuelo.

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