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Viernes, 29 de enero 2021, 09:54
El profesor de la Universidad de Salamanca y demógrafo, Alberto del Rey, matiza que la situación actual en la que se encuentran las cabecera de comarca de Salamanca se arrastra desde hace años. “El músculo que tenían no era solo por ser más grandes, sino porque con sus servicios abastecían a los pueblos de alrededor. Al perder población esos municipios, para los negocios se vuelve más difícil la supervivencia”, afirma.
Alberto del Rey considera de gran importancia mantener los servicios que actualmente ofrecen las cabecera de comarca “aunque no sean rentables desde un punto de vista económico”. No solo pone como ejemplos los centros de salud, también otros como el Hospital de Béjar, porque ayuda a fijar población. “Si se deja que sea un proceso natural, la pérdida de población no va a tener solución”.
El profesor de la Universidad de Salamanca se muestra además muy crítico con los políticos españoles. “Solo les interesa la despoblación a la hora de repartir dinero. Lo que tienen que hacer es invertir sin pensar en la rentabilidad económica inmediata. Al menos en la Unión Europea sí existe una preocupación por lo que pasa en las zonas despobladas, ya que dan importancia al patrimonio histórico y medioambiental y, posiblemente, apretarán las tuercas a las administraciones españolas para que hagan algo”, argumenta.
Pese a la opinión que sostienen algunos demógrafos de que la situación en la gran mayoría de las zonas rurales de España es muy difícil de cambiar, Alberto del Rey sostiene que todavía resulta posible. “Los movimientos de personas son muy sensibles a los contextos que hay, que pueden cambiar y surgir oportunidades donde antes no había”, explica. El demógrafo salmantino señala que la pandemia ha abierto la posibilidad del teletrabajo, una ventaja para aquellos municipios que tengan acceso a redes de telecomunicación de calidad y bien comunicadas. “Incluso la mina de Berkeley es una oportunidad en una zona que actualmente está despoblada”, añade.
Avisa, no obstante, de que en algunas comarcas va a ser muy complicado revertir la situación. “Se puede recuperar en algunos pueblos que tienen cierto potencial agrícola, cultural o turístico, como Las Arribes o La Sierra, pero en otros va a ser difícil, porque hay negocios que no van a volver. Se puede recuperar cierto dinamismo, pero con nuevas actividades y posibilidades, por ejemplo ofreciendo ventajas fiscales para atraer empresas de nuevos sectores en crecimiento”.
La solución pasa en la mayoría de poblaciones de Salamanca por “traer gente, ya que en muchos pueblos no hay jóvenes o son muy pocos los que pueden tener hijos”. Alberto del Rey subraya que se necesita la inmigración, pero adecuada a los puestos de trabajo para los que se necesita. “La política de España ha sido permitir entrar a más o menos extranjeros y eso es un error. Hay que traer inmigrantes que se adapten a los puestos de trabajo. De poco sirve que un ingeniero trabaje en el campo unos meses por necesidad, ya que en cuanto le salga algo de lo suyo se irá”, recuerda.
También considera esencial aplicar medidas que faciliten a las familias tener los hijos que desean. “España es el país en el que más diferencia hay entre los hijos que se tienen y los que realmente se quieren”, señala.
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