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Lunes, 19 de octubre 2020, 14:18
Mientras el confinamiento se cierne sobre la ciudad de Salamanca, afectando directamente a la forma de vida y la movilidad de sus habitantes, tanto los naturales como los miles de añadidos por razón de estudios o trabajo, en otros municipios de la provincia la sombra de un “cierre” apenas cambiaría su modo de viva, que con una extensión del término municipal muy similar tienen, sin embargo, un censo que apenas ronda el centenar de vecinos.
Este es el caso de Villarmuerto, a pocos kilómetros de la cabecera de comarca de Vitigudino, en el que con 38,81 kilómetros cuadrados de término municipal, muy similar a Salamanca, “prácticamente no nos vemos, pueden pasar días y días en los que ni siquiera coincidimos en la calle”, afirman los vecinos, de los que según el último censo están empadronados 40 (27 hombres y 13 mujeres).
“Somos muy pocos y casi ni nos vemos, porque de los 40 empadronados, 10 no residen habitualmente en el pueblo y el resto nos repartimos casi a partes iguales entre Villarmuerto y Villargordo”, afirma Alfredo Jesús Martín, alcalde de Villarmuerto.
Un distanciamiento social que en el caso de Villarmuerto no viene obligado por la pandemia, sino por la despoblación, pues se trata de una pequeña localidad en la que la vida durante un hipotético confinamiento —como los 14 días decretados por la Junta de Castilla y León en Salamanca— apenas cambiaría nada en el quehacer diario de los vecinos de este municipio.
“Sí que ha habido algo más de gente durante el verano, pero afortunadamente todo el mundo se ha comportado de una manera muy correcta y no ha habido problemas. Ahora, pues casi como hace un año, nos vemos poco entre atender al campo y volver a casa, pero nada más”, asegura el alcalde de Villarmuerto.
Berrocal de Huebra es otro de estos pequeños pueblos que comparte con Salamanca capital casi la misma extensión de término municipal, con 38,7 kilómetros cuadrados, pero con muchísimos menos habitantes: tan solo 70 empadronados, 39 hombres y 31 mujeres.
Situado a poco más de una docena de kilómetros de Tamames, Berrocal de Huebra es una localidad dedicada al sector agrario y ganadero, “por lo que se puede imaginar cómo es el día a día, da igual que haya confinamiento o no; cada uno sale al campo a atender al ganado o preparar los campos, y no nos vemos más que para saludarnos desde lejos llegando a casa y ver que todos seguimos bien, que no hay nadie que necesite ayuda, porque para eso sí que estamos muy unidos”, afirman los vecinos de esta pequeña población.
Una situación que se está viviendo “con preocupación y cautela por los rebrotes que está habiendo a nivel general, pero con el alivio de no haber tenido ningún caso positivo en el municipio”, señala Juan José Moreno, alcalde de Villasrubias, quien afirma que “las personas mayores, especialmente, están manteniendo todas las medidas sociosanitarias que pueden y han sido las que más se han cuidado desde que esta pandemia empezó”.
Y algo similar ocurre en localidades como Sepulcro Hilario, Almendra o Villasbuenas, en las que el tiempo de la pandemia nada tiene que ver con lo que sucede en Salamanca capital aunque compartan extensión del término municipal.
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