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Lunes, 23 de marzo 2020, 19:10
Antonia Trejo, conocida como Toñi, es la alguacila de Sorihuela. Una localidad donde se mantiene esta figura cada vez menos común pero que en pueblos pequeños de la provincia sigue realizando papeles muy importantes. De los alguaciles dependen los bandos y comunicaciones a los vecinos, la revisión de averías u obras e incluso la lectura de los contadores, entre otras muchas facetas.
–¿Cómo se está desarrollando la labor en el Ayuntamiento de Sorihuela desde que se decretó el estado de alerta por el coronavirus?
–Tenemos el Ayuntamiento a puerta cerrada. Atendemos telefónicamente y por el correo electrónico. Y luego, si tiene que ser algo personal, tenemos una ventana y por ella se entrega la documentación. Tengo también la prevención de lavarme cuando entro y salgo.
–¿Cómo lo está viviendo la gente? ¿Los vecinos han comprendido las medidas adoptadas?
–La gente sí lo está comprendiendo porque no se ve a nadie por la calle. Hoy mismo han venido y les digo, vente por aquí, por la ventana, y se acercan o lo hacen por teléfono. Se ve que la gente, cuando sale ya de aquí, en la calle no anda. El otro día estábamos comprando al vendedor ambulante y parecía que estábamos reñidas porque estábamos cada una en un lado.
–¿Cómo se comunican ahora con los vecinos?
–Aquí te comunicas por megafonía porque a veces tienes que ir a avisar a gente, pero ya es lo mínimo. Se hace ya más por vía telefónica. Por megafonía además se avisa de muchas cosas como de si los médicos no vienen o ahora con lo de la venta ambulante, que unos han cambiado el día y las horas, también se avisa a la gente. Hace mucho para el pueblo para anunciar los cambios que hay. Hemos puesto también bandos en todos los lados: en la panadería, en la farmacia, en el bar antes de cerrarse o en el Ayuntamiento. Todo con las medidas que se tienen que tomar en este momento.
–¿Dentro del Ayuntamiento, a puerta cerrada, qué labor desempeña ahora?
–Dentro del Ayuntamiento lo que estamos haciendo es un trabajo rutinario que nos viene en parte bien el hecho de no haber público porque sacas el atraso que tengas, aunque también se echa de menos el que no venga alguien y te eches una charla. Es una rutina monótona entre el ordenador, luego escribir, papeleo, es más rutinario y cansino.
–Un alguacil tiene que realizar también trabajo de calle, pero eso ahora, en las actuales circunstancias, será complicado. ¿Qué labores ha de realizar fuera?
–Ahora de momento no hay labor fuera. No es época de mirar contadores porque yo tendría que ir a hacer la lectura. También miro el cloro en los depósitos pero voy en mi coche. Subo, miro como está y eso es lo que hago ahora en el exterior. Si tengo que ir a ver alguna avería voy yo sola. Los contadores suelen leerse en junio y en septiembre, así que ahora no hay que hacerlo.
–Los plazos del estado de alarma no son fijos, pero si se alargara más de lo previsto sí tendrían que cambiar los plazos de lectura, ¿no?
–Si la cosa se alargara sí habría que tomar otras medidas porque la mayoría de la gente tiene el contador dentro y tendrías que entrar en las casas para hacer la lectura y habría que tomar otras precauciones. Esperemos que para entonces esté solucionado todo este problema.
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