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Viernes, 27 de noviembre 2020, 20:09
Solo los amantes de la bicicleta conocen el otro lado de Las Arribes, el que se vive desde caminos agrestes y ramas que se abren a su paso. Y es que, aunque las rutas BTT están ahí, a disposición del turista, a menudo pasan desapercibidas y los ayuntamientos solo disponen de los medios económicos justos para asegurar que continúen transitables y señalizadas.
Sin pausa pero sin prisa, los distintos municipios poseen estos caminos de naturaleza con diferentes niveles de dificultad, caminos que muchos deciden hacer a pie como senderistas, o usar para dar pequeños paseos.
Son los más intrépidos quienes deciden encaramarse a su sillín y completar los circuitos, y aunque, cabría pensar que un firme mejorado podría atraerles, aseguran que disfrutan de los senderos en su estado más natural, ya que suponen un reto y resulta más entretenido. Es el caso de Óscar Martín Ballesteros, concejal de Deportes en Vitigudino y amante de este hobby. Es parte de un grupo de amigos que comparten ese mismo rasgo y, a través de un grupo de WhatsApp, organizan quedadas regulares, no solo en su territorio, sino por todas partes, incluso lejos de la provincia salmantina.
Unos treinta vecinos de Vitigudino de todas las edades hacen uso de este tipo de rutas. La diferencia de edad no es un problema. Desde veinteañeros hasta deportistas de sesenta años, que llevan toda una vida acudiendo asiduamente a las rutas BTT en su tiempo libre, se dan cita cada domingo sin excepción, ya que la pandemia no ha podido frenar este tipo de ocio.
“Esporádicamente salimos en esta zona, pero vamos a otros pueblos, y dos o tres meses hacemos una salida fuera”, afirma. Se trata de un hobby que gana adeptos día tras día. “La bici está en auge, cada vez hay más gente que la usa, y con el COVID, más aún”. Señala que los jóvenes, al enfrentarse a discotecas cerradas, optan por el deporte diurno.
Algunos ayuntamientos denuncian que los circuitos BTT son “una de esas cosas que se hacen y después los Ayuntamientos se las tienen que apañar”. Su cuidado no requiere, generalmente, un sacrificio económico destacable, pero tampoco puede extenderse más allá de lo básico.
La mayoría de alcaldes sostienen que las rutas están en buenas condiciones, aunque puntualmente las señalizaciones sufren daños, víctimas del vandalismo. Controlar su estado no siempre resulta sencillo, y los municipios hacen su labor, aunque sin carácter de urgencia.
Lo cierto es que estos senderos no suponen solo un valor añadido para los ciclistas más inquietos, sino que regalan a cualquier vecino un espacio de calma y naturaleza, ya que son muchos quienes deciden darle otro uso, y acuden a dar sencillos paseos en el entorno arribeño.
Localidades como Pereña de la Ribera, Vitigudino, Bañobárez, Villarino de los Aires o Sobradillo son algunas de las que cuentan con este tipo de senderos, un regalo y al mismo tiempo un compromiso.
Algunas constan de unos quince kilómetros, y otras superan los veinte kilómetros a lo largo del parque natural que las envuelve. También son escenario de las carreras BTT que se celebran anualmente.
En el Parque Natural de Arribes del Duero existen en total unas cincuenta sendas para BTT adaptadas a los distintos tipos de usuario, pudiendo recorrer la entresierra, las dehesas de encinas y ganadería o los espectaculares cañones de Las Arribes.
Cabe destacar que no todas son para simples aficionados, ya que algunas entrañan una seria dificultad, como es el caso de Aldeadávila, con una ruta circular de dos horas y un desnivel de 711 metros.
Lo que tiene todas ellas en común es la garantía de unas vistas espectaculares de Las Arribes, panorámicas en las que detenerse a tomar aliento y una experiencia para el recuerdo.
Por un lado no resulta sencillo tener siempre las sendas en perfecto estado, y por otro, los usuarios más experimentados y amantes de este tipo de circuitos valoran que entrañe cierta dificultad. Afirman que precisamente por eso disfrutan de este tipo de rutas. Es por eso, y por motivos económicos, que los Ayuntamientos prestan atención regular al estado de la señalización y se ocupan del correspondiente desbroce.
Diputación planteó el año pasado, según indican desde el Ayuntamiento de Bañobárez, la concesión bicicletas de alquiler a disposición de los visitantes, para poder realizar las rutas BTT. Desgraciadamente la entrada de la crisis del COVID paralizó el proyecto, y tras una prueba realizada por aquel entonces, la idea quedó en el aire. “No llegó a cuajar, no sabemos por qué, pero tenemos intención de seguir adelante con ello”, señala su alcalde, José María Regalado.
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