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Vista del Meandro Melero, en tierras salmantinas, desde el popular mirador de la Antigua, en la provincia de Cáceres
La frontera natural que marca el Alagón

La frontera natural que marca el Alagón

El espectacular Meandro Melero señala el límite entre Salamanca y Cáceres

Martes, 17 de mayo 2022, 18:10

El Meandro Melero dibuja desde tiempos inmemorables la frontera natural entre las provincias de Salamanca y Cáceres. Esta espectacular joya natural pertenece al término municipal de Sotoserrano, aunque uno de los mejores puntos para contemplarlo es el mirador de la Antigua, en la localidad extremeña de Riomalo de Abajo.

El camino para subir hasta el popular mirador en un recorrido fácil y apto para todas las edades y condiciones físicas, especialmente desde que hace varios años la Junta de Extremadura asfaltara la pista. El lado negativo es precisamente la gran afluencia de coches que desde entonces acceden hasta este lugar, lo que a veces hace que pierda parte de su encanto.

Desde la Antigua nace además una pequeña ruta que permite ir descendiendo ladera abajo hasta la misma orilla del Alagón en un tranquilo paseo alejado de la masificación del mirador. Se trata de la “Verea de los Pescadores”, cuya señalización irá marcando la mayor parte del camino.

La ruta comienza dejando atrás el mirador por una pista de tierra que nos llevará hasta un cortafuegos. Después de bajar con precaución tomaremos de nuevo un camino forestal donde a los pocos metros aparecerá una señal a la izquierda con la dirección a seguir.

En este punto comienza la parte más espectacular del paseo hasta el meandro, al que se llega siguiendo un estrecho camino franqueado por unas barandillas de madera. Habrá que prestar atención al cruce con el que nos encontraremos unos metros después y tomar la senda que sale a la derecha y que aparece señalizada como “pantano”. Pocos minutos después la vegetación, entre la que predominan las jaras y los madroños, deja paso al río Alagón y a la famosa curva que forma en este punto. Se trata de un buen sitio para sentarse a descansar o incluso para reponer fuerzas antes de emprender la última parte del recorrido.

De hecho, el tramo más duro comienza ahora con la subida (en algunos puntos exigente) por otra pista forestal que enlaza de nuevo con el camino asfaltado que lleva al mirador. Un esfuerzo final que bien merece la pena después de haber disfrutado de este rincón tan especial que separa Castilla y León de la comunidad extremeña. En total, poco más de 5 kilómetros con una dificultad fácil.

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