![La ermita que está siendo reconstruida a las afueras de Cantaracillo](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2022/10/20/imagen-p1850165_1-4091090_20221020133939--1200x900.jpg)
![La ermita que está siendo reconstruida a las afueras de Cantaracillo](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2022/10/20/imagen-p1850165_1-4091090_20221020133939--1200x900.jpg)
Secciones
Destacamos
Jueves, 20 de octubre 2022, 15:39
A las afueras de Cantaracillo, un pequeño municipio del noreste de la provincia, se conservan los restos de lo que fuera la ermita de la Vera Cruz y un camposanto. Un ábside románico de ladrillo presume de la belleza que en su día pudo ofrecer ... este templo, hoy en ruinas. Incluso en su interior, pese a la carencia total de techumbre, quedan restos de pinturas por descubrir.
El último uso que registra la ermita fue el de capilla funeraria, y de su custodia se encarga la cofradía de la Vera Cruz, que preside Sebastián Hernández Delgado. Son muchos los recuerdos que este cercano vecino de Cantaracillo conserva de cuando estuvo este templo en uso, pero es un memorial legado de unos a otros porque el tiempo pasa y el edificio permanece sin uso desde que se optara por trasladar algunos de los restos de los difuntos hasta el nuevo cementerio, con el fin de desacralizar el espacio.
“En Semana Santa, para la procesión del Encuentro, la Virgen salía de aquí, Jesús de la Iglesia y se encontraban en la calle de las escuelas”, relata también Hernández Delgado para recordar su uso.
Desde hace unos años, a través de la cofradía y el Ayuntamiento, trabajan en la reconstrucción de esta ermita. El oficial principal es el mismo Sebastián Hernández, que aporta su tiempo y conocimientos para avanzar en el anhelo de muchos fieles y vecinos que quisieran ver de nuevo reconstruido este templo.
Todas las reformas de la ermita se hacen bajo el amparo de la cofradía de la Vera Cruz, una peculiar agrupación de fieles con 600 años de historia a sus espaldas, formada por alrededor de 200 familias y cuya función principal se centra en las despedidas de seres queridos.
Entre las obligaciones que rezan en sus estatutos se encuentra la que compromete a todos los cofrades a “acudir a todos los entierros de miembros”. Antiguamente, hasta se imponían multas a quienes incumplían esta imposición. “Yo creo que el dinero recaudado era para ayudar a la gente necesitada”, justifica Sebastián.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a J. Holguera. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.