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Lunes, 3 de octubre 2022, 17:52
La celebración este domingo en Miróbriga de la VII Feria de Jóvenes Despiertos de la Diputación provincial de Salamanca permitió a Triana Ramos, bailaora y coreógrafa de Rosalía y David Bisbal, entre otros, volver a sus orígenes, reencontrarse con sus abuelos y hacer bailar a los jóvenes y a las autoridades al ritmo del “Motomami”.
¿Qué le supone volver a Miróbriga?
—Me encanta venir al pueblo, desde pequeña. Entonces, no me quería marchar; lloraba cada vez que nos teníamos que ir. Ahora me encanta estar con mis abuelos, dar paseos por las mañanas, tomar el vermú. Mi abuela tiene un público que no veas, me gusta mucho ir con ella y ver cómo todo el mundo se para a saludarla y para hablar con ella.
¿Qué consejos da a los jóvenes?
—Si trabajas duro y la suerte te acompaña, como soy yo ejemplo de ello, al final puedes llegar a donde quieras en la vida o incluso puedes llegar a sitios a los nunca te has planteado llegar, pero que también son interesantes. Es muy importante la autoestima, algo a lo que no se da mucha importancia, pero la tiene, porque si te menosprecias no lo vas a conseguir.
¿Qué proyectos tiene ahora?
—Acabo de llegar de Londres, de un proyecto internacional en el que hemos trabajo con Arlene Philips —coreógrafa de Freddie Mercuri, Queen, Areta Franklin, Elton John, Whitney Houston...— como directora, un sueño y muy inspirador el poder trabajar con ella. Tengo varias masterclass por España y, gracias a Dios, lo que va saliendo poco a poco.
¿Qué inspiran sus coreografías?
—Las cosas más simples que son muy bellas pero como no las tenemos a la vista, tal vez no le damos importancia, como puede ser el pan, un abuelo paseando con su nieto..., darle valor a lo que la vida nos ofrece.
¿Cuándo supo que lo suyo era la danza?
—Lo supe con 18 años, aunque sí que es verdad que me plantee estudiar como hubiera querido mi madre, porque cualquier tipo de carrera artística es complicada, desgraciadamente en este país las artes no se valoran como se debería. La danza es el lugar donde quiero estar el resto de mi vida.
¿Cómo superó la muerte de su padre, Joaquín Ramos?
—No lo he superado. Es algo que nunca se supera. ¿Cómo seguí adelante? Con mucha fuerza interior, convenciéndome de que la vida sigue, cuando nos pasa algo traumático, por poco o muy importante que sea, debemos seguir, la vida sigue, no se para y, si mi padre estuviera aquí ahora, no le hubiera gustado que me hubiese parado. Una vez Joselito, el torero, me preguntó mirándome a los ojos: “¿Hasta dónde quieres llegar en la vida?”. Esta es un pregunta muy profunda, no supe responderle pero empecé a preguntarme hasta donde no quiero llegar, me puse metas y las he ido alcanzando, porque los límites nos los ponemos nosotros; lo importante es darlo todo para llegar, aunque el destino no fuera ese.
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