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Domingo, 8 de agosto 2021, 00:28
Los vecinos de Colmenar de Montemayor han puesto de manifiesto que la unión hace la fuerza y que, remando todos en el mismo sentido, se consiguen cosas. Prueba de ello ha sido el proyecto de adornar diferentes calles y espacios del pueblo con grandes tapices de ganchillo o crochet, que han elaborado durante los últimos dos años.
Todo comenzó con el desarrollo de un curso de ganchillo en 2019, que permitió a los vecinos de la localidad familiarizarse con esta técnica que está adquiriendo cierta relevancia en diferentes pueblos de la provincia, donde se han adornado árboles o diferentes espacios públicos.
En el caso de Colmenar han querido ir más allá, y el atrio de la iglesia parroquial y el primer tramo de la calle Larga ya pueden presumir de mostrar las grandes colgaduras de diferentes colores, engarzadas unas a otras con el buen hacer de las manos de las mujeres de Colmenar. “Quedábamos en las escuelas dos días por semana, pero con esto de la pandemia ya no podíamos”, señala a LA GACETA una de ellas. No pudieron ir tanto como hubieran querido pero, a tenor del resultado, han conseguido con creces su objetivo.
Han tenido que esperar un año más de lo esperado pero ha merecido la pena. Así, los vecinos y veraneantes han podido disfrutar de un centro del pueblo más adornado para acoger las diferentes actividades que se han desarrollado en las Noches de cultura o para un mercado artesano que se celebró ayer. Estos tejidos de lana sirvieron para adornar el evento y, de paso, para dar algo de sombra a lo largo de la jornada.
Aunque este ganchillo tiene factura de manos femeninas, no han faltado tampoco las de los hombres, que ayudaron a colocarlas por el pueblo.
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