La amenaza para la “otra catedral” salmantina

La iglesia parroquial de Santiago Apóstol, de Santiago de la Puebla, tampoco se libra de la amenaza que suponen las palomas en un magnífico templo de estilo gótico que se conoce popularmente como la “catedral del medio rural”.

La proliferación de zonas en las que se posan e incluso anidan en varios lugares de la estructura y los graves efectos que producen los excrementos de este tipo de aves han ido aumentando con el paso de los años y la mayor presencia de las “ratas del cielo” en la localidad.

Todo ello ha llevado a parroquia y vecinos a ponerse manos a la obra para salvar, o por lo menos proteger, el gran recurso histórico, turístico y cultural de la localidad santiaguesa y el primer balance de la intervención parece positivo aunque las medidas antipalomas se van a mantener y se van renovando o ampliando a medida que se va detectando la necesidad.

La gran nevada que cayó a principios del año pasado se llevó por delante la red instalada en la zona de la torre para impedir que las palomas siguieran campando a sus anchas en ella mientras que en la portada de estilo plateresco, una de las más bellas de la provincia salmantina, los pinchos de acero inoxidable evitan en buena manera que las aves se posen y dejen la devastadora palomina.

El templo parroquial de Santiago de la Puebla está considerado como el mejor ejemplo de arquitectura gótica de la provincia y cuenta desde el año 1931 con la declaración de Bien de Interés Cultural. La portada principal de estilo plateresco muestra precisamente detalles alusivos a Santiago peregrino como las conchas y la calabaza. En su interior se encuentra, además, la Capilla del Licenciado Toribio con un espléndido retablo mayor atribuido a Diego de Siloé y Felipe Bigarny. La iglesia también es mundialmente conocida por los restos de un caimán que está colgado en una de las columnas y en torno al que gira una curiosa leyenda que apareció incluso en “Cuarto Milenio”.

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