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El encierro campero macoterano ha vuelto a ser la guinda de un pastel elaborado con ingredientes para todos los públicos con motivo de las fiestas en honor a San Roque.
Decenas de caballos procedentes de kilómetros a la redonda se han encargado de guiar a los astados hasta la plaza de toros. Primero, de forma correcta los jinetes han hecho entrar en el coso taurino a dos novillos y después han introducido al tercero.
El cuarto astado se fue caminando hacia Santiago de la Puebla. Aunque caballistas de la organización volvieron a sacar a los cuatro grandes y hermosos bueyes para redirigir al novillo a pie hasta la plaza, finalmente no fue posible.
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