El influjo de Guijuelo dinamiza el empleo en su comarca y las zonas limítrofes

Siempre se dice que la actividad de la industria cárnica de Guijuelo y su entorno es el principal motor económico de la provincia y las cifras lo corroboran. Según los datos aportados por CCOO, las empresas cárnicas emplean a unas 5.000 personas en la provincia, de las que cerca de 4.500 lo hacen en la zona de Guijuelo y su ámbito más próximo de empleo.

Ahora que la industria se encuentra en plena campaña de sacrificio de bellota, se produce el pico más alto de actividad, como señala Ángel Picado desde la Asociación de Industrias de la Carne. Y así lo confirman también las cifras, de modo que Guijuelo cerraba el mes de diciembre de 2024 con una tasa de paro del 8, 21 % que es la cifra más baja, como poco, en las dos últimas décadas (en 2006 registraba un 8,97 % de paro y en 2023, un 8,61 %).

La mayor mano de obra de Guijuelo procede de la propia villa, ya que son muchas familias las que se asientan allí, además de la comarca y la zona de Béjar. Pero, como señala desde CCOO José Fernando Luengo, «también vienen de Alba y Salamanca». La población extranjera ocupa un lugar importante dentro de la mano de obra en la localidad y los extranjeros que trabajan en las cárnicas proceden, sobre todo, de Marruecos, Senegal y Rumanía. De hecho, la población rumana se mantiene de largo como la segunda nacionalidad residente en Guijuelo, tras la española, con 398 empadronados sólo en el municipio de Guijuelo a fecha 14 de enero de 2025. Hay también 91 senegaleses censados y 82 marroquíes. Les siguen comunidades de América, como 75 empadronados de Colombia o 55 de Ecuador.

El influjo de la actividad cárnica supone un empuje en la creación de empleo en todo el sureste de la provincia y hay pueblos donde el paro es prácticamente cero por esta razón. Valdefuentes de Sangusín, por ejemplo, cerraba 2024 con menos de cinco parados y es una de las localidades que se encuentran en el ámbito de influencia de Guijuelo: «Hay mucho autónomo con explotaciones ganaderas y muchos otros trabajan en los mataderos», concluye su alcalde, Jonathan Andrino.