Mónica Martín realiza llamadas a los mayores desde la sede de Cruz Roja TEL

La historia de Mónica: la invidente de Béjar que ayuda a los demás en Cruz Roja

Mónica Martín García es invidente pero no le imposibilita ser voluntaria en Cruz Roja en Béjar para hacer seguimiento a los usuarios, y asegura que recibe mucho cariño por esa labor

TEL

Béjar

Viernes, 30 de junio 2023, 19:00

Mónica Martín García tiene 44 años, comenzó en Cruz Roja hace siete u ocho años para ayudar a los demás y se ocupa de las campañas de ola de calor o de frío y atención a los mayores. Es una voluntaria especial ya que es invidente de nacimiento, aunque los primeros síntomas le llegaron con seis años. Está llena de vitalidad y hace vida normal a pesar de su limitación visual.

Publicidad

«Entré cuando acabé los estudios y quería hacer alguna cosa para poder ayudar», explica para añadir que así «decidí incorporarme a Cruz Roja para poder echar una mano en lo que pudiera». Pertenece al programa de las personas mayores: «Empecé realizando llamadas para saber qué tal estaban y cómo se encontraban». Después se incorporó a las campañas que Cruz Roja realiza para dar información a los usuarios.

Para ella, contactar con los mayores es «muy gratificante» porque «hablo con ellos y, por ejemplo, si están tristes les animo y me voy a casa muy contenta». Además, explica que «reciben nuestras llamadas con mucho cariño y ya me conocen como Mónica la de Cruz Roja y la cantante» porque «cuando es su cumpleaños les canto una canción», asegura. Se ocupa de esa tarea desde un ordenador especialmente preparado para ella gracias a la Fundación ONCE, que adaptó el dispositivo para que su discapacidad no fuera una barrera. Explica que «el ordenador me dice el nombre de la persona y su número y, con el teclado, lo voy marcando en el teléfono» y contacta con los usuarios mientras que en las campañas el ordenador marca directamente los teléfonos previamente seleccionados.

«Tengo mis limitaciones y no puedo realizar otras tareas como pasear con los mayores pero estoy encantada con las llamadas de teléfono», afirma, aunque reconoce que le gustaría ayudar más. Asegura que su ceguera le limita pero «no me anula ni me impide hacer lo que me gusta como es ayudar en Cruz Roja».

En la pandemia del coronavirus, clave fue el papel de Mónica Martín y Francisco Tejeda, secretario y voluntario de esa entidad, junto con otros diez o doce voluntarios más porque consiguieron que muchos mayores se olvidaran de su soledad gracias a la ilusión de recibir una llamada de teléfono para saber cómo se encontraban y qué necesidades tenían en aquellos duros momentos.

Publicidad

La técnica de gestión comarcal de Cruz Roja en Béjar, Adriana López, explica que esa entidad cuenta con 130 voluntarios de los que un 40 por ciento acude a la sede para echar una mano. Para Cruz Roja «es imprescindible y es un orgullo contar con voluntarios como Mónica» porque, además, «es un ejemplo de inclusión» que sirve para dar visibilidad a la discapacidad con el objetivo de que no sea una barrera, más bien lo contrario. «Cualquier persona puede hacer el voluntario porque no hay limitaciones» para ayudar en los programas de Cruz Roja, concluye Adriana López en un mensaje para animar la integración en las tareas solidarias.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad