Alba de Tormes
Domingo, 30 de marzo 2025, 07:15
Son muchos los secretos que se han ido descubriendo sobre la vida de Santa Teresa de Jesús desde el pasado mes de agosto, cuando comenzó el estudio científico del sepulcro, el cuerpo y las denominadas reliquias mayores, tras siglos de veneración. El último de ellos que se ha desvelado al público ha sido el verdadero rostro de la Santa Andariega con 50 años, fruto de un riguroso estudio antropomórfico y forense de la mano de la profesora Jennifer Mann, especialista del Victorian Institute of Forensic Medicine de la Universidad de Monash (Australia). Un acto que coincidió con el 510 aniversario de su nacimiento y que culminó con la presentación de la restauración de la urna de plata, que custodia los restos mortales de la mística desde 1760, en la Basílica de la Anunciación de las Madres Carmelitas de Alba de Tormes.
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A escasas horas de celebrar este gran acontecimiento, Pilar Benito, jefa de Conservación de Patrimonio Nacional, ha iniciado los primeros análisis para conocer todos los detalles de las prendas y tejidos que protegían el cuerpo de Santa Teresa. «Están todas las piezas que tiene un hábito de una hermana carmelita, aunque no es completo porque solamente tiene la parte delantera. Lo único que sí está completo, es la toca con el velo», desvela Benito.
«Entiendo que cuando hicieron el cambio de urna en el siglo XVIII, le pusieron esos ropajes solamente por encima para no manipular demasiado el cuerpo y que no sufriera», comenta la experta en tejidos, con cerca de 40 años de experiencia en Colecciones Reales. «El hábito es de seda y está todo bordado en hilo de plata. La túnica es color marrón carmelita y la toca y el velo exterior son negros, menos la parte interna de la toca que es un hilo muy fino blanco. Además, las dos caídas de capa son de color blanco roto», detalla Benito. «Hay distintos hilos de plata, lo que se llama hilo entorchado y también lámina de plata», explica.
Los bordados son testigos del arte textil de la época, y la meticulosa confección de las prendas revela no solo habilidad, sino también un profundo simbolismo. «Es curioso que las prendas han sido confeccionadas con telas que ya estaban bordadas», apunta. En cuanto al estado de los tejidos, «están muy bien conservados, lo que está más debilitado es el velo negro exterior».
El siguiente paso que dará Pilar Benito será realizar el estudio de época aunque, sin duda, asegura que es «uno de los trabajos más hermosos que he hecho en mi vida. Es un privilegio, no lo puedo decir de otra manera».
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