Frustración en las sierras por la cuarentena prolongada del nematodo

La frustración recorre los pueblos de las sierras de Salamanca por la problemática del nematodo que todavía tiene un largo recorrido ya que si bien por el foco detectado en Lagunilla en 2018 debía levantarse la cuarentena el próximo mes de agosto, una vez transcurridos cuatro años, “al detectarse una nueva infección dentro del área demarcada, de 20 kilómetros, en Sotoserrano en julio del pasado año, la cuarentena por regulación europea se renueva y se prolonga por cuatro años, es decir, hasta al menos el verano de 2025”, señalan desde la Junta de Castilla y León.

“Sin fondos extraordinarios los pueblos no podemos mejorar los caminos, rehabilitar edificios o renovar las calles, es algo muy difícil para los escasos presupuestos municipales”, se lamentó ayer el alcalde de Sotoserrano, Sebastián Requejo, uno de los municipios del sureste de la provincia de Salamanca a los que la cuarentena del nematodo del pino está asfixiando económicamente.

Al igual que una veintena de pueblos de las comarcas de la Sierra de Francia y la Sierra de Béjar, Sotoserrano sufre desde 2018 la dura reglamentación impuesta por la Unión Europea en la lucha contra el avance de “la seca”, la enfermedad de los pinos que provoca el nematodo.

“Durante estos últimos ya casi cinco años, el Ayuntamiento de Sotoserrano, como gestor de los fondos obtenidos en los montes que pertenece al comunal, a los vecinos, ha dejado de ingresar ya más de 150.000 euros, con lo que ello supone de merma para las posibilidades de mejora”, aseguró Sebastián Requejo.

Al igual que otros alcaldes, el regidor de Sotoserrano protesta y se lamenta de que “la Junta o el Estado no disponga de una línea de ayudas, al igual que sucede cuando hay cualquier otra catástrofe natural como podemos denominar al nematodo, para paliar las pérdidas que provoca la cuarentena y la imposibilidad de vender la madera de nuestros montes”.

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