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Este sábado, la ermita de Cantalapiedra ha acogido la primera de las tres procesiones que cada año se celebran en honor a la Virgen de la Misericordia.
Los mayordomos son las mujeres y hombres que nacieron en 1962.
Los fieles asistieron a la tradicional misa de la Virgen en latín y participaron en la posterior procesión.
Esta fiesta favorece el encuentro de familiares, vecinos, conocidos y amigos. Además cuenta con muchos gestos entre los cuales destaca la devoción. Los niños fueron aupados para besar a la Virgen. Se bailó la Taranina durante horas y los fieles se turnaron para portar a la Virgen. Se repitieron los ¡viva la Virgen! y antes de meter la Virgen en el templo se llevó a cabo la subasta. La familia de Calisto Martínez tuvo el honor de meter la Virgen a cambio de 3.000 euros, es decir, 2.000 por las de delante y 1.ooo por las de atrás.
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