Fin a 50 años sin quintos en Castellanos de Moriscos

La localidad armuñesa de Castellanos de Moriscos ha logrado recuperar una de las tradiciones que se perdió hace medio siglo, la fiesta de los quintos.

Se trata de una cita en la que han participado un grupo de catorce chicos y chicas de la localidad, nacidos en los años 2004, 2005 y 2006.

Estos jóvenes retoman así una celebración que las tres últimas generaciones de jóvenes no han disfrutado y lo hacen incluyendo también nuevas propuestas. Así, se ha desarrollado una eucaristía en la iglesia de San Esteban, que ha sido una de las novedades de la fiesta. A la misa han acudido la mayoría de los quintos y lo han hecho luciendo su escarapela llena de festivos lazos de colores.

Por la tarde llegó el tradicional momento de correr las cintas, una reunión que contó con el prólogo de musical de la charanga “Los del lío” que animaron las calles antes de que cita de los chavales en la calle La Rosa.

Así, a lo largo de casi cuarenta minutos fueron demostrado su habilidad para completar la tradición de correr las cintas, algo que lograron todos los participantes ante el regocijo del público que se había reunido para compartir con ellos estos minutos. El protagonismo de la jornada estuvo a cargo de: Pilar, Paula, Laura, Alba, Claudia, Hugo Calle, Víctor, Hugo Monzón, Carlos, Pablo, Alexandro, Andrea, Candela y Carla, que completaron la tarde ante los vecinos con el sorteo de los lotes de productos ibéricos con los que han vendido tickets para poder financiar la fiesta.

Tal como señalaron tras cumplimentar la carrera de cintas y el sorteo, “es una jornada especial que compartimos con los vecinos y que esperamos que el año que viene disfruten mucho los quintos de 2007 a los que cedemos el testigo”.

Un carrete de 20 metros de cinta de colores

Los quintos de Castellanos eligieron correr las cintas subidos a caballito unos de otros. Así, a la carrera intentaban en pasadas sucesivas, bajo la cuerda situada a dos metros de altura de la que pendía el carrete con la cinta, llegar hasta el para tirar con suficiente fuerza como para desenrollar los cerca de veinte metros de cinta de colores que había en cada uno de ellos. El buen ambiente y la diversión presidieron la celebración durante toda la tarde.

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