La Catedral de Santa María podrá alojar las cenizas de los difuntos de Ciudad Rodrigo

La escasez de espacio en los cementerios y el terreno que la cremación ha ganado al entierro con el paso de los años, han evolucionado hacia los columbarios, que no es sino «un espacio memorial para depositar las cenizas», tal y como explica Rafael Villena, profesional del sector. El cabildo catedralicio aprobó dotar a la Catedral de Santa María de esta instalación que proporcionará a los difuntos un lugar sin duda honorífico para los católicos.

«Es un método que está ganando popularidad porque es más económico y más higiénico, y sobre todo, es volver a los orígenes como cristiano: qué mejor forma de pasar al reino espiritual que donde hiciste la comunión o te casaste...», propone Rafael. La catedral de Ciudad Rodrigo se convertirá en breves, a espera de la que la bendición del obispo José Luis Retana ponga en marcha este servicio funerario, en la primera en tener columbarios, ya que en Salamanca capital tan solo se encuentran en las iglesias de la Vera Cruz y de Carmelitas.

«Muchos ayuntamientos no tienen terrenos para ampliar, están los cementerios a tope», añade Rafael. Es por ello que esta novedad en Ciudad Rodrigo, y que ya se ha introducido en Salamanca, podría cobrar gran protagonismo con el paso de los años en el resto de la provincia, como ya lo ha hecho en otras partes de España. «El entierro cada vez está peor visto por la descomposición y la filtración; ya hay suspicacias de que se filtran en acuíferos», indica, y es que el respeto al medio ambiente y la responsabilidad con la sostenibilidad, también tendencia, se dan la mano directamente con este tipo de instalación por la que se ha apostado.

«Actualmente ya estamos en un 52% o 55% de incineración respecto al entierro, según las funerarias», matiza. En las grandes ciudades este índice se dispara hasta el 70%. El columbario de la Catedral de Santa María, en Ciudad Rodrigo, tendrá capacidad para unas 400 urnas. La concesión se hará, en función del tiempo, de uno a 25 años, con posibilidad de renovación año a año. Al igual que en los nichos, habrá posibilidad de reservar para un difunto y hasta para ocho familiares, «dependiendo de las necesidades».

Este nuevo servicio supondrá un desahogo para el cementerio municipal, abriendo una nueva posibilidad que hasta ahora muchos católicos no contemplaban: descansar en la majestuosa catedral de su localidad, un templo sacro y lugar de culto que se traduce en un hogar de lujo en el más allá.

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