Encuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen María casi improvisado en Ledesma

En Ledesma la improvisación se adueñó de la mañana del Domingo de Resurrección. Cientos de fieles llenaron la iglesia de Santa María la Mayor mientras llegaba la hora de sacar en procesión tanto a la imagen del Cristo Resucitado, como a la Virgen María, vestida de luto. Cuando la cruz de guía ya se encontraba en la calle, un diluvio y algunos copos de nieve hicieron acto de presencia, arruinando el momento y creando gran incertidumbre.

Ante tal inclemencia meteorológica, la decisión de suspender la salida a las calles ledesminas para celebrar el tradicional encuentro, fue unánime entre los responsables de la procesión. Después de descartar un encuentro dentro de la propia iglesia, y con los bancos abarrotados de gente, se celebró la santa misa que estaba prevista tras el desfile procesional. La lluvia dio una tregua durante el tiempo que duró la cita litúrgica, y de manera improvisada, los mismos que decidieron suspender la procesión, decidieron de nuevo que era momento de salir y no defraudar a los cientos de fieles presentes.

De este modo, aunque no hubo procesión, el Cristo Resucitado y la Virgen María enlutada salieron a la Plaza Mayor de la villa a protagonizar el vibrante encuentro que como cada año da por finalizados los días de la Semana Santa en el municipio.

En las andas del Cristo hubo caras conocidas, como la del torero ledesmino Domingo López Chaves o el edil del Ayuntamiento, Esteban Pérez. Tal y como manda el ritual, los mozos que portaron a la Virgen realizaron una carrera con hasta tres inclinaciones ante la imagen del Cristo Resucitado. Tras este momento vibrante y esperado por todos en el Domingo de Resurrección, las mujeres despojaron a la Virgen María de sus vestiduras negras para dejar al descubierto un manto blanco que simboliza la alegría de una madre feliz por ver resucitado a su propio hijo.

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