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De empleada a emprendedora en la hostelería, por 50 euros

Lidia Encinas, de 34 años, y su familia, dejaron Ciudad Rodrigo para gestionar el bar de Villar de la Yegua y residir en una vivienda adyacente, todo por un alquiler simbólico

S. Dorado

Villar de la Yegua

Miércoles, 11 de octubre 2023, 23:17

Lidia Encinas Aguilera se ha trasladado desde Ciudad Rodrigo hasta Villar de la Yegua, un pequeño municipio cercano a la cabecera de comarca, con un sueño entre las cajas de mudanza: dedicarse por completo a la gestión del único bar de la localidad. El 30 de agosto los anteriores encargados abandonaron la oportunidad, y a Lidia, con 34 años y dos hijos, se le presentó una ocasión única de hacer lo que ha hecho siempre, pero como autónoma.

«Siempre hemos trabajado para los demás, y esta vez podemos hacerlo para nosotros mismos; siempre nos hemos dedicado a la hostelería», señala Lidia. Junto a su marido y sus dos hijos inicia así una nueva vida, y no le ha temblado el pulso a la hora de dejar su anterior domicilio de alquiler para instalarse en la vivienda que se incluye junto a la oportunidad de negocio: por cincuenta euros mensuales Lidia dispone de bar y de una vivienda junto al establecimiento, situado en la plaza del pueblo.

Dar el paso no ha sido vertiginoso, asegura: «Estamos todos muy contentos». Por el momento, más vale pájaro en mano, y es por eso que su marido continuará trabajando en Ciudad Rodrigo, en su puesto de siempre, pero no es ese el plan a largo plazo: «Nuestra intención es con el tiempo, seguir aquí, y que los dos nos podamos dedicar por entero el bar».

Los hijos de este matrimonio, un niño de tres años y una niña de nueve, también se han adaptado a la perfección al cambio. De hecho, señala Lidia que «prefieren la vida en un pueblo pequeño»; un pueblo que es nuevo para ellos y en el que no tienen raíces, pero en el cual ya todos les conocen y reciben con los brazos abiertos. De hecho, hoy se inauguró el bar de la mano de Lidia, una esperada inauguración, y es que, tal y como recuerda la hostelera, «un bar es un punto de reunión muy importante en un pueblo, es como el centro social del pueblo».

No se presentan a menudo oportunidades como esta, según explica la mirobrigense, y pocas veces la gente se lanza a aprovecharlas. «Creo que a mucha gente le da miedo, porque supone cambiar de vida, y si tienen familia es más complicado, ya que piensas en la estabilidad».

El renovado bar tendrá pinchos, raciones y comidas bajo encargo, como sucede en muchos bares de pequeños pueblos como este. De momento la licitación tiene una duración de un año con posibilidad de prórroga, que sin duda Lidia pretende aprovechar. Todavía no ha habido tiempo de empadronamientos, pero ella y su familia formarán muy pronto parte del vecindario de Villar de la Yegua.

La vivienda incluida en la oferta de negocio ya respira vida, y nada tiene que envidiar a una propia. La familia cuenta con dos pisos y un patio, tres habitaciones, dos salones, dos baños... en palabras de Lidia, «una casa de pueblo». La alcaldesa, amiga de la familia, les habló de la oportunidad, y no se lo pensaron. La aventura comenzó ayer, y durará, si es posible, muchos años.

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